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En relación con el Reglamento (UE) 1115/2023, también conocido como el reglamento de deforestación, este fue adoptado el 29 de junio de 2023 y su implementación estaba programada para el 30 de diciembre de 2024. Sin embargo, en noviembre de 2024 el Parlamento Europeo aprobó una propuesta de la Comisión Europea para posponer su aplicación por 12 meses.
El principal objetivo de la disposición es reducir significativamente la contribución de la UE a la deforestación y degradación forestal global, así como mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero y la pérdida de biodiversidad. Entre las materias primas reguladas destacan: el ganado bovino, el cacao, el café, el caucho, la palma aceitera, la soja y la madera, productos históricamente vinculados a procesos de deforestación. Un requisito central del Reglamento es la obligación de proporcionar una declaración de diligencia debida que incluya la geolocalización precisa de los lugares de producción, garantizando así la trazabilidad y la transparencia.
Para el Mercosur, un importante exportador de estos productos, se plantean desafíos significativos, especialmente en términos de adaptación tecnológica y transparencia para los pequeños productores. De acuerdo con datos estadísticos del Mercosur, de enero a septiembre de 2024, las exportaciones totales alcanzaron US$ 296.300 millones, de los cuales US$ 42.700 millones (equivalente al 14,4%) se dirigieron a la Unión Europea. En contraste, las importaciones provenientes de la UE ascendieron a US$ 45.900 millones (19,3%) de un total de US$ 237.400 millones.
Dentro del conjunto de exportaciones del Mercosur, la soja y el maíz constituyen productos claves, sumando US$ 51.920 millones y representando el 18% del total exportado. Los datos revelan la alta exposición del bloque al impacto potencial del Reglamento, dado que ambos productos están incluidos en la lista de materias reguladas. La implementación de la normativa podría, por tanto, afectar de manera significativa a los flujos comerciales de estos productos hacia la UE, en función de la capacidad de los países del Mercosur para cumplir con los nuevos requisitos de trazabilidad y sostenibilidad.
Finalmente, mientras el bloque regional se beneficia de su relación comercial con la Unión Europea, el Reglamento de Deforestación plantea retos estratégicos que podrían redefinir esta relación. El éxito en la adaptación a las normativas de la UE será crucial para mitigar posibles pérdidas en exportaciones clave, como la soja y el maíz, y para garantizar la sostenibilidad a largo plazo del comercio entre ambas regiones.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones