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De acuerdo con datos del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la inversión pública en infraestructura en Paraguay presenta una dinámica variable a lo largo de los últimos años, con picos significativos y períodos de desaceleración. Entre 2018 y 2023, el valor máximo de inversión pública se registró en 2020, con US$ 1.286,8 millones, mientras que el valor mínimo correspondió a 2018, con US$ 824,8 millones. Esta diferencia de 56% entre ambos periodos podría explicarse por la respuesta extraordinaria a la pandemia de covid-19, buscando mitigar los impactos en la economía, al considerar que la actividad es una importante generadora de mano de obra.
En 2019 la inversión pública había ascendido a US$ 1.114,4 millones, lo que representó un incremento de 35% en comparación con 2018. Sin embargo, tras alcanzar su punto máximo, en 2020, se evidenció una desaceleración en los años siguientes. En 2021 se destinaron US$ 1.162,8 millones, registrando una caída de 10% respecto a 2020. Posteriormente, en 2022, la inversión aumentó de 3% alcanzando US$ 1.200 millones, mientras que en 2023 se observó una nueva contracción de 6%, situándose en US$ 1.133,8 millones. Estas cifras evidencian un comportamiento fluctuante asociado, principalmente, a la falta de capacidad financiera y el compromiso de ir convergiendo al déficit fiscal de 1,5% del Producto Interno Bruto.
En lo que respecta a 2024, los datos acumulados entre enero a noviembre reflejan una inversión total de US$ 678,8 millones, lo que implica una reducción de 16% en comparación con el mismo período de 2023. No obstante, el comportamiento mensual sugiere una tendencia al alza en ciertos periodos. En enero se registró el nivel más bajo del año, con apenas US$ 4,7 millones, mientras que en febrero la inversión aumentó de manera considerable a US$ 23,5 millones, lo que representó un crecimiento de 405% respecto al mes anterior. Este aumento se mantuvo en marzo, cuando se alcanzaron US$ 58,9 millones, con un incremento de 151% frente a febrero.
En abril se continuó la senda de crecimiento, alcanzando US$ 77,1 millones, un aumento de 31% con relación a marzo. Sin embargo, en mayo se registró una disminución de 19%, situándose en US$ 62,5 millones. En junio se observó un leve repunte de 5%, alcanzando US$ 65,3 millones. Posteriormente, en julio, la inversión pública alcanzó su punto más alto del año, con US$ 87,3 millones, mostrando un aumento de 34% respecto a junio. A partir de este mes se evidenciaron nuevamente retrocesos: en agosto la inversión cayó un 12% alcanzando la cifra de US$ 77,1 millones, mientras que en septiembre se redujo un 19%, totalizando US$ 62,4 millones.
¿Qué pasó en los últimos meses?
En el último trimestre, la inversión retomó un comportamiento ascendente. En octubre mostró una expansión de 10% en comparación con el mes anterior, alcanzando US$ 68,6 millones. Finalmente, en noviembre, se registró un crecimiento de 22%, situándose en US$ 83,8 millones, consolidando un cierre positivo.
La inversión pública no solo fortalece las capacidades productivas del país, sino que también genera un impacto significativo en el bienestar social al crear empleo, mejorar la infraestructura y la provisión de servicios básicos. Por tanto, es necesario desplegar una estrategia de inversión mediante la diversificación de las fuentes de financiamiento como las asociaciones con el sector privado al considerar la importante brecha de infraestructura aún existente en el país.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.