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Según la Cappro, prácticamente todas las industrias aceiteras suspendieron sus operaciones de forma anticipada este año, por lo que se proyecta que el nivel de actividad será extremadamente bajo para lo que resta del 2024.
Enfatizó que la crisis obedece a la falta de condiciones de las agroindustrias locales para competir por la producción nacional de granos con otras fábricas de la región, atendiendo que en otros países se otorgan beneficios de todo tipo para procesar materias primas agrícolas, sin importar dónde se hayan producido. “Buscan es aprovechar los beneficios del agregado de valor para su economía. Si no se aplican medidas similares para contrarrestar esta situación, la industria en Paraguay siempre estará en desventaja”, remarcó.
Mencionó que, en estos dos últimos meses, el escenario se fue volviendo cada vez más crítico. Indicó que el volumen de procesamiento de soja hasta octubre ha sido el más bajo que se haya registrado para el décimo mes en un año en que no hubo problemas por disminución de la cosecha.
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De acuerdo con los datos del gremio, la molienda en octubre fue de 130.837 toneladas, mientras que el procesamiento de oleaginosas acumuló 2.574.361 toneladas en el año. El volumen industrializado en el mes de octubre constituye una reducción de más de 140.000 toneladas frente al mismo periodo del 2023, lo que muestra una tendencia a la baja en el ritmo de procesamiento.
Hasta octubre, la utilización de la capacidad nominal de las industrias nacionales fue del 64%, que está 4 puntos por debajo del valor con que cerró este indicador en el acumulado a septiembre.
Duro contraste
La Cappro hizo hincapié en que la situación crítica de las aceiteras contrasta con el buen desempeño de la producción primaria de las oleaginosas. Paraguay produjo más de 10,5 millones de toneladas de soja, de las cuales el 75% será procesado en el extranjero, mientras que solo el 25% en el país. Así, las agroindustrias nacionales quedarán con una capacidad ociosa en torno al 40%.
“Paraguay, a pesar de ser el sexto productor de soja a nivel mundial, no ingresa ni siquiera en el top 10 de los principales procesadores de esta oleaginosa”, lamentó.
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Para mejorar esta situación, Cappro urge la implementación de políticas que equilibren la competencia de las industrias locales con las fábricas del extranjero, comenzando con un tratamiento fiscal equitativo. En la actualidad, las agroindustrias son las únicas que no tienen derecho a la devolución del IVA al exportar productos procesados.