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El 25 de abril de 2023, el Gobierno de Mario Abdo Benítez inauguró con “bombos y platillos” los cinco edificios que construyó el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) en el Puerto de Asunción, que rápidamente se ganaron el mote de oficinas “fantasma”, ya que los ministerios que debían ocuparlos aún no se han mudado, debido a la falta de equipamientos básicos como fibra óptica, accesos y mobiliario.
ABC Color pudo corroborar esta mañana, en un recorrido por los edificios, que parte del revestimiento de la pared de una de las torres se derrumbó, a pesar de que no se registraron vientos fuertes que pudieran haber provocado el desprendimiento de la estructura.
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Las enormes piezas cayeron, pero por milagro no impactaron sobre ningún vehículo ni transeúnte, ya que las únicas oficinas que están operativas por el momento son las del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) y la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT). Los escombros quedaron esparcidos en la entrada de uno de los estacionamientos y en una de las calles internas.
Además, se pudo corroborar que las torres desocupadas siguen en estado de abandono, con yuyales, telarañas y basura invadiendo el lugar. Se pudo observar también un deficiente funcionamiento de los desagües pluviales, con gran acumulación de agua en los alrededores con las lluvias registradas.
Funcionarios reportan varias deficiencias
Este derrumbe no fue la única preocupación para los pocos funcionarios que ya se han instalado en algunas de las torres, ya que también reportaron varios problemas con las instalaciones. ¿Cómo puede un edificio nuevo tener tantos inconvenientes?, se preguntaron.
Algunos trabajadores, que pidieron no ser identificados, señalaron a este diario que, por ejemplo, el edificio del MOPC presenta varios inconvenientes. Este edificio, que cuenta con 12 pisos, está siendo utilizado solo en tres de ellos, donde funcionan oficinas de diferentes proyectos de inversión desde abril de 2023 aproximadamente.
Los empleados indicaron que, al poco tiempo de mudarse, comenzaron los problemas con las instalaciones. Inicialmente, fue el sistema de aire acondicionado, cuyos ductos comenzaron a filtrar agua, manchando las flamantes alfombras recién colocadas, dañando muebles y destruyendo documentos. Además, hubo varios días sin aire acondicionado debido a desperfectos en los compresores.
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Estas deficiencias ya habían quedado evidenciadas durante la inauguración de las torres, cuando en medio de un recorrido del entonces presidente Mario Abdo Benítez y otras autoridades, se registró una importante filtración de agua en una de las torres, específicamente en el edificio cedido a la DNIT, lo que empapó el suelo. En esa ocasión también se reportaron problemas con el aire acondicionado.
Problemas con los ascensores y la presión del agua
Según los reportes de los funcionarios, también empezaron a presentarse problemas con los ascensores, que a veces se quedaban parados con personas dentro. Ahora se suma la falta de presión de agua en los sanitarios, los cuales no pueden ser utilizados en ninguno de los pisos debido a problemas con la bomba de agua.
ABC Color también pudo comprobar durante su recorrido que los estacionamientos en los subsuelos están quedándose a oscuras, ya que los fluorescentes se están quemando y el acceso a los ascensores casi no tiene luz, dejándolo en total oscuridad.
Actualmente, unas 200 personas trabajan de manera permanente en la torre que ocupa el MOPC. A eso se suman las reuniones con comitivas extranjeras o representantes de entes financiadores, quienes podrían considerar las instalaciones como “un ambiente poco favorable para el desempeño de sus funciones”. Los funcionarios consideran una vergüenza que una obra que costó millones a los contribuyentes esté en estas condiciones.
Los empleados enfatizaron que todos estos problemas continúan en la actualidad, con arreglos paliativos que no son definitivos, lo que hace que los mismos desperfectos se repitan al poco tiempo.
La obra costó millones al Estado paraguayo
Los trabajos están a cargo del Consorcio TBI, integrado por las empresas paraguayas Tecnoedil SA, Alberto Barrail e Hijos SA y la Constructora Itasa SA, representado por Carlos María Orué Gusmao, Rolando Ríos Tomboly y Alberto Barrail.
La obra fue adjudicada por G. 478.828 millones (US$ 68 millones), pero el monto del contrato ya se incrementó a G. 574.579 millones (casi US$ 82 millones), lo que representa un sobrecosto de G. 95.750 millones (US$ 13,6 millones), un aumento del 20%. Este encarecimiento se debió a la incorporación de la construcción de un eje cívico, que incluye un parque con estacionamiento subterráneo.