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En mayo pasado, Paraguay y Brasil firmaron un memorando de entendimiento que establecía las directrices para la negociación del Anexo C y fijaba como fecha tope el 31 de diciembre de este año para su revisión. Sin embargo, a escasas semanas del límite, el Gobierno de Santiago Peña no brinda ninguna información sobre el avance de las negociaciones, despertando críticas de expertos, ciudadanos y organizaciones de la sociedad civil que exigen mayor transparencia.
Las inquietudes giran en torno a varios puntos fundamentales. Una de las principales interrogantes es la composición del equipo negociador paraguayo, cuyos integrantes son un misterio desde que se destituyera al equipo anterior, integrado por decreto presidencial. Tampoco se conoce el equipo negociador del lado brasileño ni el cronograma de reuniones sostenidas entre ambas partes.
Negociaciones del Anexo C de Itaipú: críticas por secretismo y falta de avances
Otro aspecto que preocupa es la falta de claridad sobre las propuestas paraguayas en la mesa de negociaciones. Se desconoce si además de la tarifa a partir del 2027, se está debatiendo la libre disponibilidad de la energía paraguaya de Itaipú, su venta al mercado brasileño u otros mercados internacionales, o si la discusión se centra en lograr una mayor compensación por la energía cedida al Brasil a precios de mercado.
La deuda de Itaipú, calificada como espuria por la Contraloría General de la República, es otro tema crítico. Este pasivo, que fue cuestionado por su impacto en económico para el país, parece estar ausente en la mesa de negociación, a pesar de ser un punto recurrente en los reclamos históricos del país.
Además, la reparación por la pérdida de los Saltos del Guairá, una de las mayores riquezas naturales del Paraguay sacrificada en el proceso de construcción de Itaipú, tampoco fue mencionada como parte de la agenda de negociación.
El secretismo del proceso genera muchas dudas en un contexto en el que la ciudadanía espera decisiones firmes y claras que beneficien a Paraguay. Sectores políticos y sociales instan -en vano hasta ahora- al Gobierno de Santiago Peña para explicar los avances y estrategias en esta negociación crucial con el Brasil.
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El tiempo apremia y la incertidumbre aumenta. Con el 31 de diciembre a la vuelta de la esquina, queda en entredicho si será posible concluir la revisión integral del Anexo C para alcanzar un nuevo acuerdo que garantice justicia y equidad para Paraguay en la explotación de Itaipú. En tanto, el silencio oficial solo intensifica las dudas y críticas hacia la gestión gubernamental.