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La ARP cuestionó la disparidad entre los precios que pagan los consumidores finales en los supermercados y los ingresos que reciben los ganaderos por su producción. A esto se suma el fuerte impacto de la sequía y, por ende, la sobreoferta de vacunos en el mercado, que también incide en los precios que los productores reciben.
“(La dinámica) responde, en gran parte, a un oligopsonio en la cadena de valor, que ocurre cuando unos pocos compradores controlan el mercado, mientras muchos productores ofrecen el producto”, explicó el gremio. Agregó que en el caso específico del sector cárnico, “unos pocos” (escasas industrias) deciden los precios que se pagarán a los ganaderos, lo que afecta gravemente la rentabilidad del sector.
Desde el gremio de productores agropecuarios se cuestionó además que a pesar de los altos costos de producción, los precios que reciben los ganaderos están estancados, pero los que se encuentran en las góndolas o el mercado minorista siguen subiendo. “¿Quién se queda con la diferencia?”, agregaron.
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A criterio de la ARP, el actual modelo “concentrado” de mercado en el sector cárnico genera desigualdad, con los productores percibiendo menos, los consumidores pagando más y los intermediarios obteniendo las mayores ganancias. “¿Dónde está la justicia en esta ecuación?”, refirió el gremio, que busca pretende fomentar un mercado más competitivo y transparente.
“Los productores necesitamos un sistema que valore nuestro esfuerzo y garantice precios justos. Apoyar a los productores no es solo cuestión de precios: es cuidar la seguridad alimentaria, el empleo rural y el desarrollo del país. Se necesitan medidas claras para devolver el equilibrio al mercado cárnico”, enfatizó.
Ganadería “ya no es rentable”
Mario Balmelli, presidente de la Comisión de Carne de la Asociación Rural del Paraguay, se expresó en el mismo sentido y recordó que el gremio al que pertenece ha manifestado en reiteradas ocasiones que los productores no están recibiendo un precio justo por su ganado y se han visto obligados a vender su producción por debajo del costo para cubrir sus obligaciones financieras, lo que incidió en el aumento de la faena, que creció 10% solo en octubre.
“A este panorama se sumó la sequía desde luego, donde el productor muy desmotivado por los precios y falta de recursos financieros, no pudo retener ganado ni hacer un esfuerzo para evitar comercializarlos. Que no quepa dudas, esto tendrá un efecto sobre la oferta de ganado en los próximos años y, por ende, en la economía del país”, remarcó.
Más allá de las características subas que se registran en los cortes en línea con la alta demanda de la temporada de fin de año, Balmelli recordó que la concentración de mercado en el sector cárnico es una realidad en Paraguay, según confirmaron índices de uso internacional como Hirfindahl-Hirschman (IHH), lo que está afectando desde hace tiempo la dinámica de los precios y obliga a las instituciones pertinentes a “ocuparse e investigar”.
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“Los productores solo buscan darle sostenibilidad a la ganadería nacional. Siempre lo hemos dicho, la ganadería para ser una actividad sustentable precisa de 3 patas: ser ambientalmente amigable, socialmente incluyente y económicamente rentable. Por este motivo, podemos decir que la ganadería dejo de ser una actividad rentable, mucho menos previsible”, aseguró.