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Cristiane Spercel, directora de calificaciones e investigaciones en Moody’s Ratings, enfocada en los sectores de finanzas públicas e infraestructura, resaltó que la mejora de la calificación soberana de Paraguay a grado de inversión, refleja una combinación de factores, incluyendo un crecimiento económico robusto y sostenido, además de la expectativa de la calificadora de que la economía se ha diversificado y se ha vuelto más resiliente a los choques.
Resaltó además el historial de reformas institucionales que han mejorado la evaluación de Moody’s respecto a la fortaleza institucional y de gobernanza.
“La evidencia de una mayor resiliencia económica se observó frente a múltiples choques, incluyendo las sequías de 2019 y 2022, así como el impacto de la pandemia. En 2020, la economía de Paraguay se contrajo solo un 0.6%, menos que sus pares regionales, y se recuperó rápidamente en 2021. El crecimiento experimentó otro choque en 2022, debido al impacto de la sequía en la producción agrícola; sin embargo, la economía no se contrajo como en episodios de sequía anteriores”, destacó.
Añadió que los sectores agrícolas y de generación de energía hidroeléctrica aún juegan un papel clave en la actividad económica, pero Paraguay ha estado diversificando su economía y atrayendo inversiones en sectores no tradicionales a medida que el procesamiento y el valor agregado de la producción agrícola ha aumentado y el sector de manufactura ligera ha crecido rápidamente.
La experta también destacó que en el escenario base de Moody’s, y considerando la trayectoria de consolidación fiscal de Paraguay, esperan que el crecimiento del PIB se mantenga alrededor de 3,5% al año, con potencial de mejora en los indicadores fiscales debido a déficit fiscales más bajos y pagos de intereses en general estables.
“Esperamos que la carga de la deuda como porcentaje del PIB se mantenga alrededor del 40%. Además, esperamos que la implementación continua de la estrategia del gobierno para mejorar las instituciones y el control de la corrupción solidifique las mejoras en la fortaleza institucional”, resaltó.
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¿Puede perder Paraguay la calificación?
Consultamos a Spercel en qué situaciones puede Paraguay perder esta calificación, a lo que respondió que una “presión negativa sobre la calificación” podría surgir si los esfuerzos por modernizar la economía y aumentar la resiliencia parecen cada vez más propensos a no cumplir con las expectativas de la calificadora, afectando la fortaleza económica.
“Un período prolongado de menor inversión privada o crecimiento económico probablemente cambiaría nuestra evaluación del perfil crediticio de Paraguay. Igualmente, importante, si los esfuerzos para mantener y mejorar la fortaleza fiscal de Paraguay resultan insuficientes, lo que lleva a una mayor deuda y/o un aumento de la carga de intereses, esto podría llevar a una rebaja de la calificación. La calificación también estaría bajo presión si la implementación de la agenda de reformas estructurales se estanca y no cumple con nuestras expectativas de mejora en la fortaleza institucional de Paraguay.
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Cuando se le preguntó cuál es el reto de Paraguay para reducir los niveles de pobreza y que la infraestructura también alcance a estos sectores más vulnerables, expresó: “La calificación de Paraguay incorpora nuestra visión de tendencias demográficas positivas y niveles de ingresos en aumento, pero los resultados educativos relativamente débiles y la baja productividad laboral siguen siendo una preocupación. Los esfuerzos para mejorar la estructura de la administración pública y el servicio civil, así como la gestión de los programas sociales, están en marcha. Esperamos que estas medidas ayuden a mejorar la efectividad y eficiencia del gobierno en la provisión de servicios públicos, reduciendo así los riesgos sociales”.