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Durante el conversatorio desarrollado en conjunto entre la organización ProDesarrollo y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el economista Jorge Garicoche de la Consultora Mentu hizo énfasis en que pese al “boom” de crecimiento que registró Paraguay, la tasa de informalidad y productividad no mejoraron significativamente.
“Acumulamos expansión agrícola y ahí fuimos ganando crecimiento. Debería preocuparnos (que persiste alta tasa de informalidad) para sostener la expansión económica que venimos registrando. Este es un reflejo de la baja tasa de productividad, escasos ingresos y protección social”, añadió. Según los datos, 7 de cada 10 paraguayos ocupados son informales y la dimensión de la economía subterránea ya alcanzó el 47% del producto interno bruto (PIB) en 2023.
En general, cerca del 70% de los ocupados informales percibe un salario por debajo del mínimo, que implica hasta un 27% menos de ingresos para quienes se encuentran en este grupo, si se compara con los trabajadores formales.
A su vez, dentro de los ocupados informales, el 76% se autoemplea o se encuentra en microempresas, que también revela la conexión que existe entre la informalidad y el emprendedurismo en Paraguay. Según destacaron en el foro, este vínculo también deriva del fenómeno que se conoce como informalidad por subsistencia, que hace referencia a aquellas actividades económicas que se realizan de manera autónoma no precisamente por decisión, sino porque fue la salida que se halló para seguir generando ingresos.
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“Este tipo de emprendimientos se caracteriza por carecer de análisis de mercado y conocimiento, de planificación y regularidad de ingresos. Está expuesto a la usura y a shocks externos, no es estable y busca la supervivencia. Por ende, cuenta con escasas oportunidades de crecimiento. En algunos casos, sin embargo, se puede ver que está impulsado por personas generalmente creativas y resilientes”, expuso Carla Linares, gerente de valor público de Mentu.
Combate a la informalidad
Para superar los factores que limitan el avance hacia una mayor prosperidad, no solo se necesita generar mano de obra calificada y empleo formal para todos los niveles, sino también formalizar y consolidar las micro, pequeñas y medianas empresas con futuro y buscar alternativas para su inclusión financiera, además de repensar el sistema de protección social. Esa fue la conclusión de los disertantes Manuel Urquidi, especialista del BID; Guillermo Ramírez, presidente de Cambridge Business Association; Gustavo Giménez, viceministro de Mipymes; y Cristina Cano, directora ejecutiva de Pacto Global.
“Hay varios problemas que tenemos que comenzar a entender, uno de ellos es la formalización, que se entiende desde pagar impuestos hasta tener acceso a la salud, tener una cuenta bancaria, acceder a créditos que no sea de altísimos porcentajes (usura) al año, pero esto implica todo un proceso, que se tiene que generar a través de políticas para cada paso”, enfatizó Manuel Urquidi, especialista del BID.
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