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Los costos asociados al crimen y la violencia no solo provienen de los actos delictivos en sí mismos, sino también de los recursos destinados a medidas preventivas y de los fondos asignados para la reparación de daños y la aplicación de sanciones.
El estudio estima que los costos directos, definidos como aquellos gastos y pérdidas tangibles atribuibles al crimen que pueden cuantificarse monetariamente, representaron en promedio 3,44% del Producto Interno Bruto (PIB) de los países de América Latina y el Caribe (ALC) en 2022. A modo de comparación, estos costos equivalen a aproximadamente 12 veces el presupuesto público destinado a investigación y desarrollo (0,29% del PIB); 2 veces el presupuesto para asistencia social (1,76% del PIB); y 78% del gasto público en educación (4,40% del PIB).
Estos costos directos se dividen en tres rubros: capital humano, sector público y sector privado. El costo en capital humano incluye tanto las vidas perdidas a causa de homicidios, como la pérdida de productividad de las víctimas de delitos no letales y de las personas privadas de libertad. El costo para el sector público se refiere al gasto público en seguridad y justicia, tanto en prevención del crimen como en la respuesta ante actos delictivos. Por último, el costo para el sector privado corresponde al gasto en seguridad que incurren las empresas.
De estos tres rubros, los costos privados concentran la mayor proporción de los costos directos totales, con una participación del 47% (1,60% del PIB). Los costos asumidos por el sector público alcanzan el 31% (1,08% del PIB), mientras que el costo en capital humano constituye el 22% restante (0,76% del PIB). La suma de estos tres componentes da como resultado el 3,44% del PIB mencionado previamente.
El Gráfico 2 muestra los costos directos del crimen y la violencia por país y por rubro. Es importante señalar que cada porcentaje del PIB se calcula con relación al indicador específico de cada país, lo que implica que las magnitudes absolutas pueden variar considerablemente entre ellas.
Paraguay presenta un costo directo total del 3,65% del PIB, que corresponde a la suma de los tres rubros. Este valor supera al promedio de ALC (3,44%), pero se encuentra por debajo del registrado en Argentina (3,90%).
Entre los países del Mercosur, Paraguay se destaca por tener el mayor costo para el sector privado en términos de porcentaje del PIB, tras representar el 2,07%. Por su parte, Argentina exhibe el mayor costo para el sector público, que es del 1,98% del PIB. Mientras que, Brasil lidera en el costo en capital humano, con 1,00% del PIB. Estas variaciones reflejan diferencias significativas en cómo el crimen y la violencia afectan a cada economía en función de sus sectores específicos.
No obstante, los costos directos son solo una parte del problema. Los costos indirectos del crimen y la violencia, que son más difíciles de cuantificar, pero probablemente más graves, condicionan las decisiones personales y económicas de individuos, empresas y gobiernos. Si bien el estudio no asigna un valor monetario a estos costos, permite dimensionar los cambios de comportamiento que generan en distintos aspectos.
En el ámbito económico, afectan negativamente a la actividad local, desincentivan la inversión y limitan el crecimiento. Por ejemplo, las empresas en entornos inseguros ven afectada su productividad, lo que podría incrementar el riesgo de cierre. También, cabe mencionar que producen efectos particularmente severos en las zonas más vulnerables, por lo que profundizan las disparidades económicas locales.
En el mercado laboral, reducen las oportunidades de empleo, y disminuyen los ingresos de los trabajadores. En muchos casos, las personas optan por migrar hacia zonas más seguras, incluso si eso implica aceptar trabajos con salarios más bajos.
Respecto a la formación de capital humano, la exposición a entornos con alta incidencia de crimen, particularmente aquellos relacionados con bandas de narcotráfico, tienen un impacto adverso en la educación, ya que podrían aumentar el ausentismo, la deserción escolar y el bajo rendimiento.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones.