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Se sabe que actualmente el Lago Ypacaraí no está apto para el baño. Según los resultados de los últimos análisis realizados, sus aguas no cumplen con los parámetros necesarios. Ante esta situación el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) prepara un plan de US$ 154 millones que financiará el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con lo cual se priorizará solo una de las cuencas.
La Ing. Claudia Crosa, titular de la Dirección de Agua y Saneamiento (Dapsan) del MOPC explicó que la calidad del agua del emblemático lago es consecuencia de lo que pasa en sus tributarios. Sus principales arroyos afluentes son el Yukyry y el Pirayú.
La funcionaria explicó que la cuenca del arroyo Yukyry, un cauce hídrico del departamento Central, está muy afectado por procesos de contaminación debido a fuentes puntuales, ya que sus aguas corren por tierras afectadas por varios municipios (San Lorenzo, Capiatá y Areguá), con población creciente y con una actividad económica en expansión.
Pero estas ciudades, con sistemas de tratamiento de aguas servidas insuficientes o inexistentes en algunos casos y las industrias asociadas a este crecimiento poblacional también colaboran con el aumento de la contaminación.
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Por otro lado, Crosa señaló que la cuenca del arroyo Pirayú posee amplios campos bajos con aptitud ganadera. “Debido a que la principal actividad económica es la ganadería, que aumenta la probabilidad de contaminación difusa debido a los residuos de producción ganadera. La actividad agrícola es otra fuente de contaminación difusa, cuya práctica es común en todas las subcuencas que conforman la Cuenca del Lago Ypacaraí”, explicó.
Arrastre de sedimentos, el mayor contaminante
Crosa se refirió también a la mayor carga que proviene del arrastre y deposición de sedimentos exógenos. En este sentido, indicó que los sedimentos, en términos de volumen, constituyen hoy por hoy el mayor contaminante en el Lago Ypacaraí.
“Las actividades asociadas con deforestación, agricultura, minería, desarrollo urbano, construcción de caminos, frecuentemente tienden a acelerar los procesos naturales, incrementando la sedimentación natural del lago en varios factores multiplicativos”, explicó.
Enfatizó que el aumento de cargas contaminantes al lago, sumada al déficit hídrico debido a las sequías que se producen en la zona y a las altas temperaturas, han creado escenarios propicios para la generación de floraciones de cianobacterias, las que deben ser monitoreadas por la liberación de toxinas que generan efectos adversos a la salud humana y ecosistémica del lago.ersión necesaria para toda la cuenca y por qué se prioriza una sola sola cuenca en nuevo proyecto del MOPC.
Inversión necesaria y priorización de una cuenca
Hoy, la cuenca del Lago Ypacaraí posee, aproximadamente, 800.000 habitantes. Un gran porcentaje de esta población no cuenta con sistemas de alcantarillado, teniendo sistemas propios de pozos sépticos o realizando vuelcos irregulares a los arroyos que luego desembocan en el lago.
En este sentido, la Ing. Crosa señaló que el programa de Saneamiento Integral del Lago Ypacaraí, que incluye toda la cuenca, tiene un valor de US$ 450 millones.
Sin embargo, en esta primera etapa se tendrán disponibles US$ 154 millones, con los cuales el MOPC se centrará primero en la cuenca de Yukyry “por ser esta la que mayor cantidad de contaminantes aporta”, dijo Crosa. “Con esto esperamos dar un primer paso en la recuperación de nuestro Lago, pero aún debemos trabajar en la cuenca del Pirayú”, mencionó.
En esta primera etapa construirán redes de alcantarillado sanitario para Areguá, Capiatá e Itauguá, así como líneas de impulsión desde estas ciudades hacia la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales Margen Derecha (PTAR), que también se construirá para recibir los efluentes de estas localidades. Además, mejorarán la estación de bombeo 4 y construirán una nueva línea de impulsión hacia la PTAR existente en la ciudad de San Bernardino.
Además prevén construir estructuras de regulación hídrica en los humedales del Yukyry y en el río Salado. “Se espera que las licitaciones comiencen en el segundo semestre de 2025, siempre y cuando se cuente con la aprobación del Congreso y del BID. El monto total del programa es de US$ 154 millones, que incluye medidas estructurales y no estructurales”, detalló.
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