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El Paraguay requiere de un mayor volumen de proyectos de inversión que atraigan capitales como efecto de la nueva calificación crediticia de grado de inversión, otorgada por Moody´s, sostuvo ayer el economista Elías Gelay, en conferencia de prensa.
El hecho de que la calificadora internacional de riesgo Moody’s haya otorgado el grado de inversión a Paraguay representa para el país grandes oportunidades y desafíos, resaltó Gelay, presidente de Cadiem Casa de Bolsa. Moody’s es una de las tres más importantes, junto a Standard & Poor’s y Fitch Ratings.
Las declaraciones las brindó en un desayuno de trabajo desarrollado en la sede de Cadiem Corporate, casa de bolsa, con comunicadores. En la ocasión, recalcó que Paraguay necesita generar más proyectos para aprovechar el potencial del grado de inversión, pues no se cuenta actualmente con el suficiente volumen de proyectos de inversión a los cuales se puedan dirigir los flujos de capitales que se verán atraídos por el nuevo perfil crediticio del país.
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Asimismo, mencionó que para las empresas locales es clave la capacitación.
Grado de inversión: “Nos falta muchísimo”
“Nos falta muchísimo, como país y como grupo empresarial, en cuanto a tener la capacidad de gestionar proyectos y de animarnos a invertir en esos proyectos. Algo que vamos a tener que desarrollar es empezar a tener gente que sepa elaborar proyectos de inversión y trabajar en equipo”, aseguró.
En cuanto al concepto de “trabajar en equipo”, detalló que implica la capacidad de las empresas de asociarse con compañías extranjeras, que habitualmente se lleva a cabo mediante la venta de acciones. “En el país, mayormente son empresas familiares, es una cuestión cultural”, observó.
En ese sentido, puntualizó que existe necesidad de aumentar el volumen de los proyectos de inversión en Paraguay. “Hoy no tenemos grandes proyectos de envergadura para atraer extranjeros interesados en invertir en el país”, indicó.
Es decir, al alcanzar un mayor nivel de seguridad en las operaciones, o un menor riesgo, bajan las tasas de interés tanto para el endeudamiento como para el retorno de la inversión. Por este motivo, la ganancia se deberá buscar ahora más bien en el tamaño de las actividades, y ya no únicamente en los porcentajes de interés, añadió.
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Gelay estimó que podría darse un efecto de disminución de la rentabilidad en el mercado financiero, pero que en contrapartida, se compensaría con un mayor volumen de negocios.
“Antes ganábamos 20% de un negocio de 100; ahora vamos a ganar 15%, pero tenemos que tener un negocio de 1.000″, ejemplificó. Agregó que al tratarse de inversiones de grandes sumas, como Paracel, la ganancia será significativamente mayor.
“Efecto dominó” en la formalización de la economía
El economista puntualizó la importancia de que los empresarios locales abran su capital, de manera a convertirse aliados de los nuevos jugadores. Caso contrario, “se corre el riesgo de que las inversiones sean recepcionadas por otros actores de la competencia en su rubro, los que podrían empezar a crecer de manera más acelerada y restar así rentabilidad a actividades que no logren aggiornarse a estas nuevas reglas de juego”, aseveró.
Entonces, las empresas que no hayan ajustado sus perfiles para recibir los flujos de capitales que llegarán con el grado de inversión podrían comenzar a bajar su rentabilidad ante el crecimiento de su competencia, por más que ahora estén con márgenes satisfactorios.
Por otra parte, consideró que las grandes inversiones que empujan hacia un desarrollo de la economía generarán un “efecto dominó”, que obligará a los demás negocios a acompañar la formalización.
Cabe recordar que la mayoría de las empresas del país está clasificada como micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), en cerca del 97%. Este sector emplea al 70% de la población económicamente activa (PEA), y es, a la vez, el sector más informal.