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La brecha salarial, en promedio, entre los empleados del sector público y privado fue creciendo sostenidamente pasando de una diferencia de G. 1.463.900 en el primer trimestre de 2022 a G. 1.829.300 al segundo trimestre de este año 2024.
El promedio de ingreso mensual de un funcionario hace dos años era de G. 4.002.100 frente al de un trabajador privado que percibía G. 2.538.200. Este año, el salario es de G. 4.748.700 y G. 2.919.400, respectivamente. Un empleado público gana 19% más que en 2022 y el privado, 15% por encima de lo que percibía hace años atrás.
En cuanto al promedio de ingreso por hora, en el año 2022, el empleado/obrero público ganaba G. 28.298 y el privado G. 13.325. Al último dato de 2024, esta relación es de G. 32.841 y G. 15.155 con lo que un funcionario en Paraguay percibe G. 17.686 más que el trabajador privado.
Importante brecha salarial por género
Tanto en el sector público como en el privado, la brecha salarial entre hombres y mujeres es importante. Sin embargo, la mayor diferencia se observa entre los empleados públicos con salarios de los hombres que incluso superaron en más de G. 760.000 a los de las mujeres. Solo en el segundo trimestre de este año, el promedio de ingreso mensual de un funcionario era de G. 5.162.100 frente a G. 4.394.300 de lo que percibió una trabajadora pública. Esta diferencia en el 2022 era de más de G. 500.000 a favor de los hombres.
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En el sector privado, la brecha llegó a más de G. 180.000 en el tercer trimestre de 2023 cuando un empleado ganaba G. 2.961.900 y una trabajadora G. 2.779.100. Al último dato, los hombres ganan unos G. 60.000 más que las mujeres. El ingreso promedio mensual de un trabajador fue de G. 2.937.700 y de una mujer se ubicó en G. 2.876.600.
En Paraguay una disposición legal que se acerca a los principios de una política salarial (cualificación, experiencia, salarios del mercado y normativas) es la que rige desde el año 2016 cuando se otorgó la facultad al Poder Ejecutivo de considerar el reajuste anual del salario mínimo sobre la base de la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Con la implementación en julio de cada año se apunta a compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores conforme al aumento de la inflación.
El incremento salarial también genera impactos en la estructura de costos de las empresas, así como en la conservación del empleo, más aún en el escenario donde muchas no logran recuperarse de los efectos de la pandemia, aunado al hecho de que no cuentan con la espalda financiera para cargar con obligaciones adicionales.
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En el sector público, los reajustes se aplican por dos vías. La primera se da a las remuneraciones indexadas al salario mínimo legal vigente, por tanto, los reajustes se realizan al siguiente año por la dinámica que tiene el Presupuesto Público. Y la segunda vía, aumentos salariales bajo criterios políticos, tal como ocurre, principalmente, en años preelectorales.
Algunos sectores solicitan incrementos y este año no ha sido la excepción, sobre todo, porque las recaudaciones tributarias han aumentado de manera importante.
Los salarios, que son pagados con ingresos tributarios, forman parte del gasto rígido del presupuesto de la nación, que desde hace años enfrenta un déficit estructural, explicado por el importante aumento salarial que había sido concedido en 2011 al sector público.
Impactos
El incremento salarial genera impactos en la estructura de costos de las empresas, así como en la conservación de las fuentes de empleo
No se recuperan
Muchas empresas no logran recuperarse de los efectos de la pandemia, y tampoco tienen espalda financiera para cargar con obligaciones adicionales.
* Este material fue elaborado por MF Economía e Inversiones