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“Realmente hay mucha expectativa para lo que va a ser esta nueva zafra de soja 2024/2025, creemos que por lo menos el 80 por ciento de los productores ya tienen decidido qué variedad van a sembrar a partir del inicio de setiembre o más adelante. El productor que quiera asegurar una buena implantación, debe optar por semillas certificadas, lo cual solo lo obtendrá con semilleristas. Este año vemos que hay una caída de calidad de semillas debido a la cosecha anterior, por tanto, adquirir semillas sin certificación, sin poder de germinación, pureza varietal, protección contra plagas y enfermedades, es demasiado riesgo”, empezó diciendo Soler.
Dos variedades mínimo
“Como recomendación a los productores de soja, siempre destacamos la importancia de que los mismos elijan combinar por lo menos dos variedades de soja con diferentes grados de madurez, o dentro del mismo grupo de madurez, con diferencias en la etapa de llenado de granos, no apostar toda el área a una sola variedad. Por ejemplo, si la falta de lluvia golpea a una de las variedades, la otra variedad de ciclo diferente tiene posibilidades de tener un mejor desempeño con la llegada de lluvia; pero dentro de todo esto, lo fundamental para el productor es tener materiales estables, o sea, que en gran parte de su área rindan por ejemplo 3.500 kilos por hectárea, ya que no sirve de nada que en un área te rinda 5.000 kilos, y en otra área apenas llegue a 1.000 kilos, por solo dar un ejemplo rápido”, explicó el directivo de Granar.
Semillas sin certificación
“Estimamos que el 25 por ciento de las semillas que se van a utilizar en esta nueva campaña son certificadas, y el 75 por ciento restante proviene de uso propio y un gran porcentaje de comercio ilegal. Y eso perjudica a toda la cadena que trabaja en forma legal; en este sentido, realmente cuesta ponernos serios, nosotros tenemos una variedad única en Paraguay con resistencia a macrophomina y con tecnología MP Ipro (pudrición del tallo), y de repente ver que ya la están ofreciendo en grupos de WhatsApp, siendo que hace apenas un año nosotros la presentamos a los productores”, manifestó preocupado el ingeniero Soler.
Canola, con buen desarrollo
En lo referente a la variedad de canola yellow sea, el ingeniero señaló: “Estamos viendo cultivos de canola muy prometedores, principalmente los que se sembraron en forma temprana a fines de abril e inicios de mayo, y este invierno frío y prolongado está favoreciendo. Creemos que se podrían lograr interesantes rindes, no obstante, el área sembrada este año bajó con relación al año pasado, donde se llegó a 100.000 hectáreas, mientras que este año calculamos que se llegó a unas 70.000 hectáreas”.
No se pierde con la canola
“Una de las grandes ventajas de la canola es que con ella el productor no pierde, y en un escenario muy complicado como el del año pasado, el productor empata; pero siempre deja una rentabilidad. Sin embargo, ocurre algo muy singular con los productores, ya que el año pasado muchos sembraron por primera vez canola y lastimosamente el exceso de lluvias generó problemas, y al final este año ya no sembraron bajando la cantidad de área. Sin embargo, con el trigo es diferente, siempre le “perdonan” aunque pierdan. Desde 2007, nunca hemos perdido con la canola, es muy rentable, demandado y noble”, confirmó.
En el Chaco
“En el Chaco nuestra canola yellow se comporta bien, pese a las sequías que se están presentando prácticamente cada año, incluso, tenemos reportes de que hay productores que en esta campaña podrían llegar a los 1.000 kilos por hectárea aproximadamente pese a que este invierno también tuvo pocas lluvias. Estamos convencidos de que el Chaco paraguayo tiene un enorme potencial para la agricultura”, finalizó el ingeniero.