Nueva bajante también afectará al río Paraná, no solo al Paraguay, alertan

El nuevo ciclo de bajantes de las principales vías de navegación del país afectará no solo el río Paraguay, sobre el cual pende un inquietante pronóstico, sino también al Paraná, cuyo caudal, además, condiciona la producción de Itaipú y Yacyretá. La prensa argentina advertía que la bajante del río Paraná se extenderá durante todo el invierno.

El río Paraná registra una bajante histórica que impide la navegación de los trenes de  barcazas.
La bajante histórica o crisis hídrico del período 2021/2023 redujo al Paraná en hilillo de agua, rodeado de un inmensa pedregal. En el fondo Puente de la Amistad que une Ciudad de Esta (Paraguay) con Foz de Yguazú (Brasil)-Archivo, ABC Color

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En lo concerniente al comportamiento del río Paraguay, ABC publicaba ayer que el estiaje en perspectiva “podría ser el más importante en los registros históricos de la principal vía de comunicación para el comercio exterior de nuestro país, porque recién se inicia el período de bajante y ya estamos tres metros por debajo del promedio normal, según los datos de la Dirección de Meteorología”.

La Capital, un medio digital argentino, en la última semana de junio pasado, señalaba que, según las previsiones del Instituto Nacional del Agua, los caudales reducidos se mantendrán hasta finales de agosto del ejercicio en curso.

Añade la publicación, firmada por Carina Bazzoni, que en el último mes el río perdió dos metros de altura de acuerdo con las mediciones de la Prefectura en el puerto de Rosario”. La falta de lluvias en la cuenca alta - del Paraná - “augura que el fenómeno de prolongará hasta agosto”.

La Entidad Binacional Yacyretá informaba el último fin de semana que la central paraguayo/argentina operaba con “potencia restringida”, y que erogaba por el vertedero del brazo Aña Cua del río Paraná solo 1.000 metros cúbicos por segundo.

Yacyretá opera con potencia restringida

Esta información la reiteran desde hace varios días y de esa actitud se infiere que el caudal que llega a la represa está muy por debajo de lo que necesita la central para generar con toda la potencia con que dispone actualmente.

Los días sábado y domingo último, la binacional indicaba un caudal afluente inferior a los 9.000 metros cúbicos por segundo, lejos de los promedios que alcanzó en los períodos de crecida.

Recordemos también que, la humedad del ecosistema Aña Cua, según acuerdos formalizados entre Yacyretá y el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (Banco Mundial), uno de los financistas iniciales del proyecto, debía mantenerse un vertido de 1.500 metros cúbicos por segundo a través del vertedero de la extensa represa correspondiente a ese tramo.

La capital explica que el Paraná se alimenta del aporte de lluvias en Brasil y Paraguay, el que, según la fuente a la que recurre, se trata de una enorme cuenca de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, y que en un gran porcentaje de esa región “cayó muy poca agua, ‘apenas unos eventos aislados’”.

Esa escasez de lluvias, agrega el medio, permite explicar el “descenso marcadísimo” que presenta el río, “que ahora hace que en Rosario tengamos lecturas de escala que se aproximan al metro, claramente en niveles de aguas bajas”, enfatiza la fuente del medio informativo argentino.

La redactora recuerda que la última gran bajante del río Paraná se registró hace cuatro años. Entre 2020 y 2023, lapso en que el curso de agua experimentó un “fenómeno histórico con consecuencia en la navegación, la generación de energía eléctrica, la potabilización del agua y en la fauna ictícola”.

Acerca de los planes o políticas de prevención, la fuente del medio argentino reitera que el escenario actual es muy parecido al de marzo de 2020-2021 “por los niveles que se dan”. “Mi impresión -señala el entrevistado por La Capital- es que el período de bajante va a ser más corto y no tan intenso como en esos tres años, cuando el río estuvo en valores muy bajos. En Rosario llegó a estar 30 centímetros por debajo del cero”, evocó.

En nuestro país, el estiaje en la cuenca del río Paraná redujo a un mínimo nunca visto la producción del complejo paraguayo/brasileño Itaipú. En fuentes brasileñas inclusive se informó que la bajante causó la paralización de hasta ocho de las 20 unidades de la central.

En cuanto a Yacyretá, la afectación del fenómeno tuvo características parecidas, a las que se sumó la casi paralización de su esclusa de navegación, hecho que afectó sobremanera la exportación de granos de la producción agrícola paraguaya.

“Ocho turbinas de la Itaipú están desactivadas por la sequía”, publicaba la agencia regional de Ciudad del Este de ABC el 1 de julio de 2021, exactamente tres años atrás, una de las secuelas de la crisis hídrica que afectó entre el 2021 y el 2023 a la cuenca del río Paraná.

Ocho de las 20 turbinas generadoras de la Itaipú se encuentran desactivadas a raíz de la prolongada sequía que afecta a la región y que repercute en la producción de energía eléctrica que este año es 10% menor en comparación con el mismo período de 2020, añadían nuestros colegas.

La crisis, por ende, también afecta los ingresos del Fisco.

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