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Estamos en plena etapa de desarrollo de cultivos de invierno, pero muchos productores ya están planificando estrategias para la siembra de soja que arranca en setiembre.
Mis recomendaciones básicas son las mismas de siempre, y no las cambié desde que empecé a sembrar soja en 1977: diversificar fechas de siembras y dentro de cada fecha sembrar mínimo 2 cultivares de diferentes ciclos o precocidad.
A modo de ejemplo, para un productor de la región sur, lo recomendado sería sembrar un 33% del programa dentro de la primera quincena de septiembre, un porcentaje similar dentro de la segunda quincena de septiembre y cerrar el saldo a sembrar dentro de la primera quincena de octubre (siempre que haya humedad). La siembra debe estar espaciada al menos 10 días entre sí, y en cuanto a genéticas, utilizar y –a modo de ejemplo– combinar variedades de madurez 5.7 a 5.8 (128 días aproximadamente en el Sur) con otras de ciclo 6.3 a 6.4 (133 días aproximadamente en el Sur).
Los buenos productores buscan hacer todos los años un buen promedio de productividad, más que productividades extraordinarias, porque saben que esas productividades solo ocurren cuando se “alinean los planetas”; situación que ocurre muy de tanto en tanto.
Los pronósticos hablan que vendrá nuevamente La Niña, sinónimo de pocas lluvias. ¿Qué nos puede decir?
Las estrategias básicas de manejo no se cambian según vaya a llover más o menos, sabemos que al final termina definiendo el rendimiento: es como hayas ejecutado tu estrategia de cosecha, almacenamiento y aprovechamiento del agua de lluvia.
Para cosechar agua de lluvia debes tener abundantes rastrojos en superficie, y los lotes sistematizados para que el agua quede en tu chacra y no en la del vecino.
Para almacenar agua de lluvia necesitas haber generado poros de infiltración a través de la alternancia de cultivos con diferentes sistemas radiculares; para aprovechar el agua útil que lograste acumular es importante que disminuyas la tasa de evaporación, eso se logra con presencia de rastrojos en superficie y sobre todo con lograr el rápido cierre de las hileras de siembra.
¿Un ejemplo?
En nuestra estancia en Edelira 24 tenemos una sembradora que siembra con precisión 5 a 6 semillas por metro lineal, espaciadas a 20 centímetros entre sí, esto permite un rápido cierre del entresurco respecto a si sembráramos a 42-45 centímetros. De esta manera, el aprovechamiento del agua acumulada mejora dramáticamente. Mantenemos la misma población de plantas, mejoramos la distribución de las plantas y aprovechamos cada milímetro de agua útil acumulada.
¿Cuánto perfil de agua debe tener el suelo para sembrar?
Mínimo de 30 a 40 centímetros, ya que la demanda de agua acumulada en las primeras etapas de desarrollo es muy baja.
¿Densidad de siembra?
La mayoría de las variedades de soja disponibles producen bien en poblaciones de 220.000 plantas a cosecha; cuantas más plantas pongamos, más demanda de recursos tendremos (agua útil, nutrientes, etc.). Lo importante es la calidad de la siembra, como decía el gran maestro Dirceu Gassen, “Faz siembra con capricho” o sea, pon esmero, calidad, dedicación a lograr una buena distribución de plantas.
¿Aplicaciones preventivas?
Dado que se espera un clima seco hasta que ocurra la siembra de soja, debemos estar atentos a la aparición de los gusanos de suelo. Por lo que se recomienda salir con una pala y determinar su presencia y densidad.
¿La seca trae más presencia de enfermedades de suelo? ¿Hay variedades para ese tipo de cultivos?
Sabemos que la falta de agua útil acumulada favorece al hongo Macrophomina, el que produce la pudrición carbonosa o pudrición de raíces. En la zafra pasada hizo desastres en todo Paraguay. Hay variedades con resistencia a este hongo, una excelente alternativa es el caso de la soja GS 2231 MP IPRO.