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“Los embates climáticos como sequías e inundaciones en el Ñeembucú son cíclicos, pero cada vez más acentuados en sus manifestaciones. Estos acontecimientos nos han llevado a procurar alternativas con diferentes rubros de la producción, entre ellos, las especies forrajeras. Y no podemos dejar de mencionar una especie que publicamos en ABC Rural allá por el año 2000 que es el pasto nilo (de pisoteo). Pero necesitábamos guiar nuestro interés hacia un pasto de corte, y encontramos el pasto capiaçú”, explicó el ingeniero Daiub.
Desde el 2023
“En octubre del 2023, empezamos a distribuir unos 6.000 plantines de la especie, beneficiando a 62 organizaciones de productores reconocidos por el Ministerio de Agricultura y Ganadería, que con sus técnicos nos han dado una mano formidable para la instalación y seguimiento hasta hoy día de la especie. Si bien hace unos siete meses que se ha establecido este pasto de corte, su desarrollo vegetativo y su exuberancia ya se ven en los campos”, añadió.
Resultados preliminares
“Si enumeramos las características más llamativas del comportamiento de la especie en condiciones de humedales, la literatura menciona que su adaptación va de 50 a 2.000 msnm (metros sobre el nivel del mar). En Ñeembucú estamos a 56 msnm; su rendimiento forrajero en masa verde se estima en 450 tn/ha; tiene un comportamiento óptimo ante la inundación, así como su crecimiento vegetativo; velocidad de encañamiento lento y buena capacidad de regeneración”, destacó.
Palatable y más
“Quizás existan otras características que irán apareciendo con este pasto de corte, pero las primeras manifestaciones nos demuestran que estamos ante una especie que viene a contribuir de una manera muy positiva en la nutrición animal, sea en los proyectos de ganado de carne, de leche o doble propósito, ya que los animales han demostrado una mayor ingestión por su alta palatabilidad (grato al paladar del animal), y se estima una ganancia de peso de 1.000 gramos en adelante. En la producción animal, siempre decimos que no existen los pastos milagrosos, pero sí herramientas que ayudan, en este caso a los productores del Ñeembucú”, finalizó Salinas Daiub.