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El modelo económico paraguayo tiene un problema estructural, ya que nunca tuvo mucho estímulo para fortalecer su mercado interno de la población nacional y su capacidad de consumo, según explicó el economista Luis Rojas.
“Los países desarrollados en gran medida fortalecieron su mercado interno, su población, su clase trabajadora, su poder adquisitivo, entonces hay una dinámica económica intensa interna a cada país, a cada economía. El caso paraguayo, desde la época de la guerra del 70, de aquel tiempo ya se instaló un modelo primario exportador de materias primas”, indicó.
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Agregó que debido a esto, el grueso de la economía está orientado a vender al mercado internacional, por lo que no se apunta al mercado interno, no apunta a que la población nacional tenga un buen poder adquisitivo porque ahí no está el gran negocio de la matriz productiva paraguaya.
“Cuanto más bajo el salario, mejor para el empresario”
Rojas dijo que, debido a este modelo económico, se instaló en el imaginario del empresariado que el trabajador es un costo de producción, lo que cree que es una visión incorrecta a largo plazo, ya que el trabajo no tiene que ser un costo, sino un elemento dinamizador de la economía, porque produce y a la vez le convierte al trabajador en un consumidor.
“No desarrollamos nosotros nuestro mercado interno, no industrializamos la materia prima, nos quedamos con esta lógica agroexportadora atrapados, en ese modelo ya desde los años 50, 60, 70 y no logramos romper eso, y siempre lo vimos al trabajador como un costo para el empresario, es un costo de producción y si es un costo hay que bajar los costos, cuanto más bajos el salario, mejor para el empresario”, dijo.
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Agregó que para eso el Estado podría implementar políticas públicas que cuiden el poder adquisitivo, que cuiden el salario, que fiscalice que haya salario mínimo y mínimas condiciones laborales, más teniendo en cuenta de que si bien existe un Código Laboral vigente, muchos sectores están por fuera del mismo, sin respetar ni las horas, ni el salario, ni los contratos.
Salario no alcanza
Sobre el salario y el poder adquisitivo, el economista explicó que la experiencia de la gente te dice que no alcanza, pero uno le escucha a los técnicos, como la gente del Banco Central del Paraguay (BCP) y hablan en otra frecuencia en la que dicen que la inflación es baja y que va aumentando supuestamente la formalidad del trabajo.
“Siempre tenemos como que ese desencuentro en nuestro país, entre el día a día la gente y lo que se vive y un discurso más macro, más técnico, de que las cosas están bien en Paraguay se está haciendo buen camino, pero yo lo veo un poco más desde la experiencia de la gente de ese día a día que es tan complejo para la gente cubrir las cuentas llegar a fin de mes, tener para el auto, para el taller, tener para el alquiler, para la escuela”, refirió.
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Agregó que a pesar del discurso de que Paraguay tiene baja inflación, de que el dólar está estable, la macroeconomía está estable, que da una idea de estabilidad y de que como que vamos bien, vivir en Paraguay es costoso debido a las deficiencias en los servicios públicos, que en general son caros.
“El transporte público es caro, los alimentos en general son caros, no hay una garantía de una educación gratuita, salud gratuita, servicios que el Estado podría brindar como para aligerar un poco lo que es la presión sobre el presupuesto familiar. Comprarse un lote es muy caro, pagar un alquiler es muy caro, entonces creo que hay como que una sensación discursiva, o sea una baja inflación, pero esa baja inflación esconde que hay un costo de vida que realmente es alto, es oneroso”, explicó.
Libre mercado genera asimetría
Luis Rojas dijo que el libre mercado en el discurso, como lo plantea Javier Milei, donde el Estado no participa, no regula, deja totalmente al libre arbitrio del sector privado y de la oferta y la demanda, lógica que tiende a generar condiciones de poder de asimetría.
“Muchas veces el libre mercado termina en bajos salarios, en costos muy elevados. Creo que el Estado tiene que cumplir un rol regulador, ya sea en la cuestión de alimentos, cuestiones de alquileres, cuestiones de la tierra, en estos temas que son tan básicos y sensibles porque hoy en día la gente que necesita vivir cerca de Asunción está pagando G. 1.500.000, G. 2.000.000 por tener una pieza y un baño, o sea, realmente son condiciones poco dignas”, lamentó.
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Aclaró que en caso de que el Estado no se anime a regular o intervenir poniendo algún tipo de límite, por ejemplo en el precio de alquileres y viviendas, entonces tiene que tener una política vivienda social, pero fuera de un marco de corrupción, amiguismo, clientelismo otra vez que no le llega a cualquiera, siendo necesario sanear las instituciones. Agregó que dejar todo al sector privado no nos llevó a un buen puerto en la experiencia paraguaya.
Distribución económica de la población
Luis Rojas explicó que la sociedad está distribuida por su nivel económico en una pirámide con una base muy ancha, con aproximadamente el 50% de la población con ingresos por debajo de un salario mínimo, trabajo informal.
“Después tenemos una pequeña cúspide de la pirámide, una clase alta pequeña, pero de muy altos ingresos de ingresos, de US$ 10.000 mensuales, un sector muy pequeño y una clase media que será entre el 20 y 25% de la población, una parte más clase alta otra parte más clase media”, indicó.
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Dijo que la clase media cae mucho en aspirar a un nivel económico de clase alta en el consumo, entonces rápidamente se endeuda, quita un auto de un precio más alto, entra en una espiral de endeudamiento creciente, el costo de vida promedio y en el mediano y largo plazo la gente empieza a tener problemas para pagar sus deudas, entrando en dificultades económicas, una clase media sobreendeudada, que está empezando a entrar en mora y que terminan cayendo a un nivel económico más popular
Paraguay, el de menor inversión extranjera
El economista criticó que en Paraguay el discurso de la inversión extranjera en la práctica no se da, porque el país tiene la inversión extranjera más baja de toda América Latina, e incluso países centroamericanos como Guatemala, Honduras, Nicaragua tienen tres o cuatro veces más inversiones extranjeras que Paraguay.
“Uruguay tienes 10 veces inversiones más inversiones extranjeras que nosotros y en Paraguay nos creemos un discurso de que estamos caminando al desarrollo y todo el mundo quiere venir a Paraguay y no es cierto, porque la población no está entrenada, no está formada, no hay buenos caminos, no hay buena infraestructura, no hay seguridad, no hay condiciones para producir con buena calidad con buena productividad”, refirió.
Agregó que se está haciendo mal negocio con la publicidad de bajos salarios, de los bajos impuestos creyendo que eso va a traer grandes inversiones y no es así, ya que eso evidencia que es un país subdesarrollado, que es un país que no tiene fuerza de trabajo formada, calificada, con alta productividad, que el Estado no brinda servicios
Lamentó que nuestra élite política empresarial ve que el trabajador es un dinamizador de la economía, siendo que son los que tienen la sartén por el mango, pero como al sector económico principal le va bien económicamente, entonces no quieren dar un cambio, pese que a la población le va mal.