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Los datos dan cuenta que en el primer trimestre ingresaron a la Caja Fiscal G. 760.599 millones (US$ 103,7 millones), pero en ese mismo periodo se abonaron beneficios a los jubilados y pensionados por más de G. 1,2 billones (US$ 175,9 millones).
La brecha deficitaria entre los ingresos registrados y los gastos demandados para cumplir con los más de 74.000 beneficiarios, asciende a G. 529.290 millones (US$ 72,2 millones al cambio vigente), lo que equivale a 41%.
Los ingresos que recibe la entidad es en concepto de aportes de funcionarios activos (16% de sus ingresos), multas, ley de desprecarización, saldo no devengado, 20% del primer sueldo, diferencia salarial y 4% de licencia.
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El ente previsional, sin embargo, desde noviembre del año pasado ya no percibe los recursos destinados a los cargos vacantes, debido a que se suspendió por ley de medidas extraordinarias y este año, se extendió la decisión a través de la ley de presupuesto.
La Caja Fiscal está conformada por seis sectores: empleados públicos, que registra superávit del 17%; magistrados judiciales, docentes universitarios, militares, policías y maestros, con déficit de 30%, 20%, 74%, 63% y 48%, respectivamente.
El agujero se financia con impuestos
El agujero se financia en gran parte con los recursos recaudados de los impuestos que paga toda la ciudadanía y, en menor medida, con los fondos del sector con superávit, que en este caso sería el de empleados públicos.
Según datos del Ministerio de Economía, en los últimos ocho años el Tesoro destinó de los impuestos recaudados más de US$ 900 millones para cumplir con el pago de jubilaciones y pensiones del sector público.
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El ministro de Economía, Carlos Fernández Valdovinos, anunció a inicios de este mes que tras concluir en el Congreso el estudio del proyecto de ley de organización administrativa del Estado y el proyecto de ley de la función pública, empezarán a trabajar en la modificación de la Caja Fiscal.
Dijo que por año le cuesta a los contribuyentes unos US$ 160 millones, lo que a su criterio es absolutamente insostenible.
En ese sentido, añadió que se necesita empezar a repensar las partes débiles que tiene la Caja Fiscal, respetando los derechos adquiridos, para que sea sostenible, porque de lo contrario todos los impuestos recaudados irán al fondeo de las cajas, en referencia a los sectores que componen la entidad pública.