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Los indicadores de pobreza dados a conocer recientemente por el Gobierno siguen dando que hablar, por la baja que reportaron en el último año, con una tasa del 22,7% de pobreza total que abarca a cerca de 1.330.000 compatriotas, es decir residentes en hogares cuyos ingresos per cápita fueron inferiores al costo de una canasta básica de consumo (que incluye alimentos y otros bienes) y que está estimado en cerca de G. 800.000.
La reducción en parte se debió a la inyección del Gobierno para ayudar a sectores vulnerables; sin embargo, para garantizar la estabilidad de estas personas de tal manera que no recaigan en la pobreza, requiere mucho más que estas ayudas económicas.
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Aporte de los subsidios
De acuerdo con los datos oficiales del INE, las transferencias o subsidios estatales contribuyeron en la reducción de la pobreza extrema en el último año y tienen una participación de casi dos puntos porcentuales, evitando que 110.000 personas ingresen en este extremo. Sin estos subsidios, la pobreza extrema, que fue del 4,9% en 2023, iba a llegar al 6,8%, según el INE.
La contribución también hizo que disminuyera en 2,7 puntos porcentuales la pobreza total, lo cual evitó que unas 156.000 personas cayeran en ella en el último año. El informe del INE resalta que sin esas ayudas la tasa de pobreza total, que fue del 22,7% en el último año, iba a ser del 25,3%.
Son alrededor de US$ 450 millones el total de los subsidios estatales presupuestados para el presente año. El de mayor impacto presupuestario es el programa de ayuda para adultos mayores en pobreza por más de US$ 330 millones. Esta contribución alcanza a casi 300.000 beneficiarios que perciben un importe mensual de G. 637.577.
Por otra parte, el programa Tekoporã, con el refuerzo proyectado para el presente año, tiene un impacto de casi US$ 100 millones y tiene un alcance de 195.000 familias, de las 450.000 familias que se encuentran en pobreza en nuestro país.
Al respecto, el economista y exministro de Hacienda Manuel Ferreira opinó que el subsidio no es la mejor manera de reducir esos índices y que se debe trabajar en políticas que fomenten el trabajo y la producción.
“Un país o una economía no pueden crecer si la gente no trabaja. Esto es básico. El trabajo es la fuente generadora de valor”, afirmó Ferreira en declaraciones a ABC Cardinal.
Dijo también que la mayor parte de los ingresos genuinos de las familias justamente provienen de la clase trabajadora, lo que a la vez garantiza unEl 55,4% de los adultos mayores de Paraguay reciben pensión alimentariaa estabilidad a esas familias en el tiempo.
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Aporte de las remesas familiares
Por otra parte, el economista Manuel Ferreira destacó además el aporte que representan las remesas de dinero al país desde el exterior así como las realizadas internamente, para el mejoramiento de los ingresos de las familias y en la reducción de la pobreza.
En el último año, las remesas del exterior totalizaron alrededor de US$ 500 millones, que representan alrededor del 1,2% del PIB y tienen una contribución de poco más de 2 puntos porcentuales en los ingresos de las familias
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En un supuesto que el Gobierno focalice su política en subsidios, requerirá una inyección anual de US$ 750 millones aproximadamente para eliminar la pobreza, considerando subsidiar el 50% del costo de la canasta básica. Es decir, unos G. 400.000 multiplicados por 12 meses y 1.330.000 pobres que hay en el país, según el INE y en el caso de subsidiar el 100%, los recursos podrían superar US$ 1.500 millones al año (G. 800.000 por 12 meses por 1.330.000 pobres).