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El desacuerdo entre las partes paraguaya y brasileña de Itaipú, así como de las Altas Partes Contratantes del Tratado, cobró estado público en el último trimestre de 2023.
Tal vez antes, cuando el expresidente Mario Abdo Benítez, en su informe al país del 1 de julios, explicaba que “el reciente acuerdo tarifario de Itaipú permite contar con recursos adicionales, como nunca antes, por un monto de US$ 409 millones,. Con este precedente se sentaron las bases para que el Estado paraguayo cuente con otros ingresos para llevar adelante grandes inversiones. Si se sostiene el acuerdo tarifario, el próximo gobierno tendrá más de US$ 2.000 millones en los próximos cinco años”.
Se trataba sin dudas de una tentadora propuesta del Sr. Mario Abdo Benítez a su entonces inminente sucesor, Santiago Peña.
En fuentes brasileñas, posteriormente se supo que el Sr. Verri habá expuesto ante una comisión de Senadores de su país que la intención brasileña era mantener los niveles tarifarios vigentes entonces, o sea US$ 16,71/KWmes, pero que las pretensiones paraguayas eran con tendencia a la suba, apuntaba también.
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La fracasada reunión del 15 de enero de este año en Brasila
El lunes 15, una delegación casi completa del Ejecutivo paraguayo desembarcó en Brasilia con la intención de cerrar el capítulo “tarifa 2024″ de Itaipú, Con Santiago Peña a la Cabeza y, por ende, con lo más granado de la contraparte brasileña, liderada por Luiz Inácio Lula da Silva.
Ese día,, y principalmente en los posteriores, la versión según la cual la estupenda relación Peña/Lula, cimentada en la simpatía de del primero y en la bonhomía del segundo, se cerraría sin dificultades otro acuerdo binacional, se hizo trizas.
No hubo acuerdo, todo lo contrario, solo reproches de Lula a su gabinete, porque no le advirtieron de la preparación y de la capacidad expositiva de contendor.
Desde el campamento brasileño hubo hasta amenazas de revisar lo escrito, y no precísamente del Anexo C del Tratado de Itaipú, que para entonces acumulaba ya 50 años y cinco meses de vigencia.
La nueva propuesta brasileña
Hasta el lunes 5 de este mes, sobreabundaron las palabras, como apuntaba Enio Verri. Caudolosos flujos hasta de amenazas que subieron la cota de la memoria popular o los desecharon por los vertederos de olvido.
El 5 de febrero, un equipo integrado nada menos que por el jefe de Itamaraty, Mauro Vieira, y el ministro de Minas y Energía, Alexandre Silveira, con propuesta en ristre se presentaron en Asunción, en Mburuvicha roga.
La misma, lejos de aquella intención inicial retenerr en 2024 la tarifa de 2023, o sea US$ 16,71, planteaba bajarla a menos de US$ 15 por KWmes, Exactamente US$ 14,77/KWmes. La carga fue rechazada y desviada hacia otro lapso de bater papo.
El martes pasado, la agencia internacional de noticias Reuter, con reproducciones en Yahoo noticias, publicaba una entrevista con el director general brasileño de Itaipú, Enio Verri, quien revelaba, -el viernes pasado, el canciller paraguayo, en charla con la prensa decía que las negociaciones hay cuatro números, dos paraguayos y dos brasileños, pero que no losdaría a conocer porque eran materia de negociación.
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¿Negociar es ocultarle información a la ciudadanía?
Por lo leído, para Verri negociar no significa encerrarse entre cuatro paredes, a espaldas de la ciudadanía, porque reveló que el nuevo número del gobierno de Santiago Peña era de US$ 19,66/MWh, pero que su país “luchará” por una caída del 11,6% de la tarifa, o sea a US$ 14,77/KWmes. Aquí se explica la razón que impide asignarle una fecha a la concreción del acuerdo.