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“El objetivo de este análisis es poder determinar qué nutriente está en déficit en la planta, en otra instancia también se puede determinar qué elementos hay en exceso o hay suficientes”, empezó diciendo el profesional.
Un ejemplo
“Si comparamos con el área de la salud humana, podríamos decir que el análisis de tejido vegetal es equivalente del análisis de sangre, y el análisis de suelo el equivalente al análisis bromatológico, este último nos indica los valores nutricionales de los alimentos, sus contenidos de proteínas, grasas, carbohidratos vitaminas, minerales, otros. Con un análisis de suelo, se estima que hay disponible para la planta; pero la única forma de determinar exactamente si esos nutrientes están presentes en el suelo, y que fueron absorbidos por las plantas, es el análisis de tejido vegetal”, explicó Lezcano.
No todos pueden interpretar este análisis
“Por cuestiones de especialidad y su poca difusión, la interpretación de un análisis de tejido de vegetal y su aplicación a campo es diferente a leer un análisis de suelo, y recomendar que el pH ideal del suelo debe estar entre 6 y 6,5 solamente. Con este análisis se define exactamente qué micro y macronutrientes necesita el cultivo, y qué es lo que no necesita, e incluso qué hay en exceso, esto es posible mediante la comparación de los resultados de la muestra con un padrón conocido de alto rendimiento”, confirmó.
Muestreo
“El análisis de tejido vegetal se hace sobre una georreferencia que se prepara en laboratorio especializado, ese dato se pasa a los muestreadores que por medio de un mapa GPS van a lugares predeterminados para tomar su muestra, hacen un radio dentro del punto objetivo y completan una muestra con más o menos 30 trifolios de soja, eso se pone dentro de un sobre con la identificación y se remite al laboratorio, que en 3 días en promedio ya tendrá el resultado y el productor podrá conocer el estado de su cultivo”, explicó el ingeniero.
Manejo profesional y manejo comercial
Manejo profesional: el protocolo nos señala que debemos tener un diagnóstico, por tanto primero debo hacer un análisis, puedo determinar un déficit y con esa información voy al mercado y hago la compra del elemento que necesito para hacer mi corrección.
Manejo comercial: por ejemplo, un productor que tiene 1.000 hectáreas recibe una oferta de un producto vía foliar que usualmente cuesta 10 dólares y se le ofrece por US$ 5, y para aprovechar el negocio el productor lo compra, lo guarda y en su momento va a aplicar. Si era necesario o no, no se va a saber exactamente por qué no se hizo el proceso para un diagnóstico; por tanto, se buscó ahorrar en la compra, pero no se definió nunca realmente si había o no necesidad. Lo correcto: sacar la muestra, entender el análisis y adquirir solo el producto que realmente necesita la planta.
Ventaja económica
“Con el análisis de tejido vegetal se pueden determinar 11 de los 17 elementos esenciales de la planta, pero con los elementos que están en estudio se consigue determinar deficiencias que se corrigen y producen retorno económico, nosotros actualmente manejamos una estadística en el orden del 10% al 15% de respuesta agronómica, a las aplicaciones correctivas de micronutrientes”, finalizó.