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El secretario de Estado, Enrique Riera, dijo a los parlamentarios que del presidente de la República, Santiago Peña, recibió la instrucción clara para que llegue el mensaje hacía bajo, de que él no recibirá maletines, ni el ministro ni el comandante.
En ese sentido, relató que no tenía forma de probar, pero la leyenda urbana y las voces de siempre decían que, en otras épocas, otros ministerios y comandantes, tenían una tarifa básica de un millón de guaraníes por comisaría.
Riera explicó que como se tiene unas 1.300 comisarías en el país, el monto mensual recaudado era de unos G. 1.300 millones por mes, “que era la comida de los amigos”.
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Además, refirió que existía igualmente toda una industria de los trasladados, como le había señalado un oficial, que aseguró también se va a acabar.
En ese contexto, expresó que el que conseguía un traslado ya tocaba G. 15 millones para la frontera y el policía que era trasladado luego era exprimido por su superior, porque para eso se le trasladó.
Riera: cúpula policial pasó prueba del polígrafo
Pidió a los parlamentarios apoyo para las nuevas autoridades policiales, a quienes calificó de mejores entre todos, porque antes que aumentar el presupuesto lo que se necesita es fortalecer el núcleo dura de los policías honestos.
El ministro, que estuvo acompañado del comandante de la Policía Nacional, Carlos Humberto Benítez, mencionó a los legisladores que la cúpula policial actual aprobó el test de integridad o de polígrafo y que la lista de ascenso que enviarán al Senado, va a ser de gente que haya pasado el referido test.
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También comentó que los políticos y parlamentarios amigos le llaman para pedir que sean trasladados ciertos oficiales, ya sea porque tienen sus familiares enfermos o parientes cercanos, pero que la respuesta que les da es que la decisión es del comandante de la Policía, de tal modo a fortalecer su autoridad.
En ese contexto, expresó sin dar nombres que después de esta respuesta dos personas, de las cinco que le habían pedido, llamaron al presidente Peña que está en Nueva York, Estados Unidos, para plantear lo mismo y éste les respondió que no se hará ningún cambio sin que el comandante lo decida.