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Baches por doquier “adornan” esta ruta principal que es punto de conexión y reporta diariamente un alto tráfico de vehículos pesados y livianos. A la falta de iluminación -que inicia en el Jardín Botánico- se suma la casi nula existencia de las líneas de señalización vial, lo que apeligra a los automovilistas y peatones, sobre todo en horario nocturno.
Entre el kilómetro 11 y 12 de esta Ruta (ex Transchaco), preocupa a los conductores lo que al parecer se trata de un hundimiento de la capa asfáltica. También en todo el trayecto entre Loma Pytã y Limpio se observan incontables baches.
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Tierra de nadie
El paseo central de la ruta, como sus distintos viaductos, se encuentran con yuyales de considerable altura y basura, lo que afecta la visibilidad de los conductores que transitan por allí. También varias paradas de ómnibus están en malas condiciones y algunas hasta inservibles para los pasajeros.
Pese a que representa una ruta nacional y muy transitada -incluso por las autoridades- nada se hace para mantenerla.