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La pérdida de la Industria Nacional del Cemento (INC) alcanzaba en noviembre del año pasado más de G. 70.000 millones, pero al cierre del balance de la estatal, que se concretó en abril último, el pasivo bajó milagrosamente a más de G. 30.000 millones.
Así confirmó el propio titular de la cementera, Ernesto Benítez, quien señaló que luego des conseguir la reestructuración de la deuda que tiene por los bonos con el Ministerio de Hacienda, consiguieron que estos compromisos pendientes no impacten en el balance del año pasado.
“Después de reprogramar esta deuda de los bonos, se evitó tener una pérdida significativa. La pérdida quedó en alrededor de G. 30.000 millones aproximadamente”, explicó Benítez.
Asimismo, el titular de la cementera pública indicó que recién en julio comenzarán a pagar de nuevo las cuotas. “Lo que hicimos nosotros ahora es que habíamos pagado hace algunos meses algunas cuotas, o más concretamente dos cuotas de los intereses, y allí solicitamos de vuelta que se reprograme lo que en el 2022 no se pudo pagar, para que se comience a pagar nuevamente a partir de julio de este año”, indicó.
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En este sentido, el presidente de la cementera pública manifestó que ya en noviembre del 2019 habían solicitado la primera reprogramación y que el año pasado hicieron el mismo pedido. “Nosotros hicimos una primera reprogramación en el 2019, porque ya había un saldo importante de cuotas ya pendientes de pago y eso impactaba contra nuestro balance”, expresó.
Asimismo, Benítez admitió que no pudieron pagar las cuotas pendientes el año pasado. “Lo que nosotros hicimos fue pedirle al Ministerio de Hacienda que nos reprograme los pagos, de manera que no impacte tan negativamente en nuestro balance, que es lo que se hizo finalmente. Nosotros pagamos hasta finales del 2021 sin inconvenientes. Después ya empezamos a trastabillar”, admitió.
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INC: inversiones de los bonos fracasaron
En 2014, el gobierno del entonces presidente Horacio Cartes, que el año pasado fue designado por el gobierno de los Estados Unidos como “significativamente corrupto”, colocó bonos soberanos por US$ 1.000 millones, con una tasa de interés de 6,1%, pagos semestrales y un plazo de 30 años.
De los recursos así captados, Hacienda canalizó US$ 67 millones hacía la INC y la entidad debía pagar los intereses en forma semestral, luego hacer lo propio con el capital en su fecha de vencimiento, para lo cual se estableció un calendario de pagos anuales. A esa suma -que hoy se pide refinanciar-, se agregaron otros US$ 13 millones de inyección en la estatal, con los que la deuda trepó a US$ 80 millones, sin que alcancen innguno de los resultados anunciados.
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En este sentido, la Contraloría General de la República (CGR) detectó en una auditoría de cumplimiento, de agosto del año pasado, que la cementera pública registró en el 2021 la producción más baja de clínker (principal insumo del cemento) en su historia debido a la constante paralización de su horno de Vallemí, hecho que evidenció el fracaso de las inversiones que se realizaron en la estatal.
La CGR reveló que los préstamos otorgados por Hacienda a la INC para el proyecto de mejoramiento del horno y de otras mejoras totalizaron US$ 80 millones; sin embargo no cumplió con el fin principal de los préstamos, que consistió en el aumento de su capacidad de producción, en la disminución de sus costos e incremento de sus ingresos mediante una venta superior de sus productos.