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El tratado de Itaipú se había firmado en Brasilia el 26 de abril de 1973 por los gobiernos de Paraguay y Brasil, tras años de negociaciones para el aprovechamiento hidroeléctrico conjunto de los recursos hidráulicos del río Paraná.
“Rendimos un homenaje a la visión de dos pueblos que supieron transformar las dificultades en oportunidades de superación, lo que nos permite hoy día ser dueños de una de las hidroeléctricas más grandes del mundo y nos ubica como unos de los principales generadores de energía limpia”, destacó Manuel María Cáceres, director general paraguayo de Itaipú.
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Por su parte, el director general brasileño de la Binacional, Enio Verri, manifestó que la gran experiencia mundial de integración está presente en Paraguay y Brasil, en Itaipú. Estos 50 años representan más que una gran obra, es el resultado de mucha esperanza.
“Brasil tiene la comprensión de que somos socios, construimos juntos, pagamos juntos y ahora, 50 años después, debemos tener la misma fe y esperanza para continuar avanzando. Avanzando en la innovación tecnológica, tenemos que pensar en alternativas energéticas como la solar. Muchas cosas podemos contribuir juntos Paraguay y Brasil en Itaipú para que nuestros países tengan sociedades más justas e igualitarias”, fijo.
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La ceremonia, que se realizó en el Edificio de Producción de Central Hidroeléctrica, congregó a empleados paraguayos y brasileños; y en la ocasión se lanzó la identidad visual de los 50 años de la Entidad.
El logotipo está conformado por cinco círculos concéntricos que representan cinco décadas que se cruzan en forma de ondas de agua, evolucionando hacia el desarrollo común. El color dorado, además de referenciar esta conmemoración, representa el valor y la calidad profesional de los empleados, destacaron.
Desde su despacho en Asunción, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, al ser consultado sobre las acciones de su gobierno sobre Itaipú, destacó que “siempre se pudo hacer mejor las cosas, pero no podemos negar que Itaipú fue una genialidad” ante un conflicto territorial y de intereses. “Hay que conocer bien la historia, porque yo no quiero ser hoy un reivindicador de la historia”, dijo.