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Siguen saltando datos llamativos sobre las irregularidades en el Viceministerio de Transporte y las empresas vinculadas a los “pasajeros fantasma”.
Al mediodía del lunes último, el entonces viceministro de Transporte Víctor Sánchez Chamorro denunció en el Ministerio Público los casos sospechosos de “pasajeros fantasma” y contra “personas innominadas”. Horas después, el presidente de la República, Mario Abdo Benítez, publicó el decreto con cual “le agradece” por los servicios y nombró en su reemplazo a Óscar Stark.
Sánchez solicitó la intervención poco después de que reconociera a ABC que en sus registros detectó casos sospechosos de validaciones de pasajeros inexistentes en “cantidades industriales”.
Incluso, identificó seis empresas con cifras “más llamativas”, que son Coop. Puerto Elseño Ko Che Ltda, SMTC SRL, Ñanduti SRL, La Limpeña SRL, La Lomita SA y Loma Grandense. Sánchez precisó realizaron un total de 822 validaciones, con 170 tarjetas en 77 buses.
El representante de Loma Grandense, Pedro Duarte, indicó que no concesionaria de VMT, sino que Dinatrán, y que utiliza el billetaje para brindar comodidad a pasajeros.
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Los contactos de Puerto Elseño y La Lomita que figura en la base de datos del VMT no contestaron.
“Obligados” por el Viceministerio de Transporte
Los representantes de SMTC SRL y Ñanduti SRL, Rubén González y Rolando Isasi, coincidieron en señalar que Sánchez les obligó a realizar validaciones que no correspondían a pasajeros supuestamente como una estrategia para controlar el inicio y fin de cada itinerario, vía resolución. Para ello, les obligó a adquirir tarjeta e identificarla para ello.
Isasi facilitó una copia de la Resolución N° 43/2023, del 28 de febrero, en el cual se establece su itinerario y frecuencias, implementado con la modalidad “programación horaria”.
En el artículo 6° estipula las validaciones. “Tenemos cinco ramales, al día son 10 validaciones”, comentó.
Referente a las validaciones sospechosas identificadas por el VMT, dijo que la firma utilizaba una tarjeta para ayudar a aquellos que no tenían el plástico para el pago de pasaje cuando empezó su operación como “alimentador”, una nueva modalidad similar a la de los buses internos de los municipios, en julio de 2022.
Sin embargo, las sospechas de Sánchez corresponden a viajes de este año.
VMT ocultó nueva disposición
Cabe recordar cuando el exviceministro Sánchez publicó la actualización de multas por incumplimiento de frecuencias para las concesionarias del Área Metropolitana de Asunción, se supo que existía un nuevo sistema de implementación de frecuencias denominado “implementación en base horaria”. Consiste en las reglas de itinerario y franjas se estipula para cada empresa, resolución mediante.
De esta manera, al identificar nueva disposición de sanciones por incumplimiento de frecuencias y compararla con su disposición anterior, impuesta en la Resolución N° 112/0221, se detectó que la sanción de 45 jornales (G. 4.000.000, en ese entonces) se disminuyó a 10 jornales (G. 980.089) por cada infracción.
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En cuanto a las frecuencias de cada compañía, Transporte no las socializó. De esta manera, los pasajeros no tienen forma de conocer las obligaciones de las empresas y denunciarlas en caso de detectar infracciones.
De hecho, el VMT ni siquiera comunicó a la sociedad cuando aplicó el sistema de programación horaria. Las disposiciones de franjas de mayor demanda (hora pico) y frecuencia se estipuló por cada concesionaria. Estas resoluciones no fueron publicadas hasta el momento. Ahora se conoce el de la empresa Ñandutí.
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El cambio de titular de Transporte se produjo tras la queja generalizada de las “reguladas” (poca frecuencia de salida) de buses y excesiva espera de pasajeros en las paradas, quienes luego deben viajar hacinados en los ómnibus. En medio de la crisis, se divulgó masivamente un video en el que se ve a un chofer que realizaba sucesivamente validación de tarjetas simulando que subían más usuarios a su unidad, por lo cual se sospecha que eso se hacía para inflar la cantidad de pasajeros para cobrar más subsidios, caso conocido como “pasajeros fantasma”.
Transportistas reconocieron la práctica y trataron de justificar alegando que el Gobierno los “empuja” a hacerlo para controlar el cumplimiento de sus itinerarios, poco después el viceministro de Transporte reconoció que subsidia por “pasajeros fantasma” y denunció el caso ante la Fiscalía. Esta serie de confesiones se produjo en medio de un aumento de los pagos a las empresas permisionarias.
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