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En su habitual tono directo, Agustín Konrad reclamó a los políticos “amor a la patria”, y pidió que trabajen por el bien común. Reclamó achicamiento del Estado, y que esos enormes recursos que se destinan para mantener un pesado e ineficiente aparato estatal se destine al desarrollo del país, a crear fuentes de trabajo para que los jóvenes tengan oportunidad de estudiar y trabajar sin necesidad de emigrar a otros países en busca de oportunidades.
Fustigó a los políticos que sin conocimientos atacan al productor y pretenden ahogarlo con impuestos. “Si no había productor ka’i mante oïvaeramo’ä yvyra rakäre (sin productor solamente tendríamos monos en las copas de los árboles)”, apuntó.
Las cooperativas como mínimo pagan un 22 por ciento de impuestos en todas sus operaciones. De toda la producción un 22 por ciento se va en impuestos directos o indirectos, si un agricultor importa una cosechadora un 30 a 33 por ciento paga en Aduanas, acotó.
El cooperativista enfatizo en que “necesitamos achicar el Estado”, y que “hay muchas cosas que tienen que cambiar”. Reclamó la falta de seguridad en que vive la gente, y lamentó que el problema de la droga “entró muy fuerte” y es un factor de la inseguridad reinante.
Cuestionó la ineficiencia del Instituto de Previsión Social (IPS), entidad que solamente de la CCU recauda G. 17.000 millones anuales. Lamentó que durante la pandemia del covid-19 dos empleados de la cooperativa murieron sin recibir el auxilio adecuado. La cooperativa se vio obligada a gastar G. 500 millones pese a disponer de seguro, y hasta se vieron obligados a conseguir oxígeno de afuera porque el sistema de salud local no disponía del elemento.
No descartó la posibilidad de que en un futuro no muy lejano la cooperativa tenga su propio centro de salud para no depender de una institución ineficiente. “Por lo menos tenemos que tener la libertad de donde ir a morir”, dijo.
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Industrializar para provecho del país
Konrad habló también del tema de la industrialización del país, y sostuvo que existen dos modelos de industrialización, e instó a las autoridades próximas a que apoyen el modelo que favorece al país, aquel que genera mano de obra, que elabora productos terminados con cadena de valor, y no que el favorece solamente a las multinacionales.
Existe otro modelo de industrialización que consiste en llevar materia prima parcialmente procesada a la que se da terminación y valor agregado, y emplea mano de obra en otro país. Ese no es el modelo que nos conviene, necesitamos elaborar productos terminados, y de esa forma generar fuentes de trabajo para la mano de obra nacional, para generar riqueza y que esa riqueza quede en el país, sostuvo.
En este sentido, resaltó la política empleada por la CCU, de desarrollar la materia prima hasta la elaboración del producto terminado. Esto genera cadena de valor, mano de obra local, y deja beneficios para el país, y es la clave del progreso y desarrollo de la empresa cooperativa, para beneficio de sus asociados y del país.