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El informe, elaborado por la cartera de Hacienda, señala que la prioridad fiscal de los servicios sociales durante el 2022 fue del 54%, frente a los demás servicios de la clasificación funcional del gasto.
“En ese sentido, se puede observar que en los últimos diez años que la prioridad fiscal se mantuvo en promedio en un 55%”, refiere la entidad en la nota emitida en la fecha.
Se denomina gasto social a los fondos establecidos en el presupuesto para mejorar la calidad de vida de la población mediante la implementación de programas en los sectores de educación, salud, promoción y acción social; y seguridad social.
Estructura del gasto social
Hacienda explica que la estructura del gasto social durante el periodo analizado se compuso principalmente en un 33% con recursos destinados al sector de educación; en segundo lugar salud, con el 26%; en
los lugares tercero y cuarto, con el 19% y 18%, promoción y acción social y seguridad social, respectivamente.
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El informe añade que entre las principales intervenciones sociales al cierre del 2022 se encuentra, en primer lugar, el servicio de atención integral en regiones sanitarias y hospitales de referencia, con una inversión de G. 2,5 billones; le sigue la pensión alimentaria para adultos mayores, con G. 1,8 billones.
Además, el concepto de protección social de familias en situación de vulnerabilidad demandó una inversión de G. 452.000 millones; el subsidio habitacional del Fondo Nacional de la Vivienda Social (Fonavis), un total de G. 451.000 millones y en concepto de servicios de apoyo y diagnóstico para la mejora en la atención unos G. 1,3 billón, por citar los más relevantes.
Observatorio Dende del gasto
Un análisis que forma parte del “Observatorio del Gasto Público” de la Fundación Desarrollo en Democracia (Dende), que se dio a conocer a inicios del presente mes señala que en 20 años el gasto social casi se quintuplicó, pero de igual modo existe desigualdad y retrocesos en educación y salud.
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Explica que al realizarse un análisis por componentes se observa que el gasto social pasó de G. 7,5 billones registrado en el 2008 a más de G. 33 billones en el presupuesto vigente 2023, pero que no se observan que los objetivos sean cumplidos, a juzgar por los indicadores o resultados, especialmente en materia educativa y sanitaria, que van en franco retroceso.
El estudio menciona que un mayor gasto social debe traducirse en mejores indicadores de educación, mayor sanidad de la población, menor pobreza, más protección social, entre otros, pero que, lastimosamente, los indicadores de desigualdad no mejoraron a pesar de los recursos presupuestarios destinados hacia el sector social.