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Del cotejo de las cifras que el Viceministerio de Minas y Energía del MOPC incluye en su informe mensual, se infiere que la central paraguayo/brasileña suministró al Sistema Interconectado paraguayo (SI) en el lapso de referencia 13.666.300 MWh, en tanto la paraguayo/argentina proveyó 1.694.602 MWh, y la central nacional Acaray, 560.042 MWh (1 MWh = 1000 KWh).
El año pasado, en el mismo lapso (enero/octubre), de acuerdo con la misma fuente, Itaipú suministró a nuestro Sistema Interconectado 12.457.612 MWh, mientras que Yacyretá inyectó 1.945.723 MWh y Acaray 539.078 MWh.
Si comparamos las cifras correspondientes al consumo del corriente ejercicio con las del año pasado, veremos que la presencia energética de Itaipú en la redes eléctricas de nuestro país tuvo un incremento del 9,70%. En cuanto a Yacyretá, se concluye que hubo una reducción del 12,90%.
Acaray, la pequeña hidroeléctrica paraguaya, cuyo aporte a la cobertura del consumo de este año pendula apenas entre el 3% y el 4% del total, aumentó un 3,9%.
Demanda total del mercado eléctrico aumentó 5,4%
Si la comparación se limita a las cifras que imputaron en ambos ejercicios al consumo del mercado paraguayo entre los meses de enero y octubre de ambos ejercicios, sabremos que en 2022 la demanda del Sistema Interconectado aumentó 5,40%.
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No debe pasarse por alto que la demanda del Sistema Interconectado incluye una pérdida que, en 2021, según los registros de la ANDE, superaba el 26%. En otras palabras, de cada 100 MWh que las fuentes de referencia inyectaron al sistema que administra la empresa eléctrica estatal, se pierde más de 26 MWh, tanto por razones técnicas como por razones no técnicas, el robo, por ejemplo, según explican.
Tampoco debe ignorarse que en el esquema de uso final de energéticos en nuestro país, el sitio de menor altura en el podio del consumo de energéticos corresponde a la energía eléctrica, pese a las colosales centrales como Itaipú y Yacyretá y, principalmente, a pesar de que la mitad de la producción de ambas hidroeléctricas pertenecen a nuestro país (Art. XIII del Tratado de Itaipú).
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En 2021, según el Viceministerio de Minas Energía, en el esquema en cuestión, la tajada que representaba a la electricidad era apenas del 18%, en tanto que la que representaba a los combustibles derivados del petróleo, 41% y a los de la biomasa, también 41%.