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Durante la Conferencia sobre los Océanos celebrada hoy, lunes, en Lisboa, CAF -banco de desarrollo de América Latina- anunciará su plan de destinar US$ 1.250 millones en los próximos cinco años para financiar proyectos que contribuyan a preservar, dinamizar e impulsar los ecosistemas marinos y costeros de América Latina y el Caribe.
Los recursos se usarán para diseñar e implementar proyectos que promuevan la economía azul, con énfasis en la restauración de ambientes marinos y costeros, carbono azul, energía marina renovable, pesca y acuicultura sostenibles, manejo costero integrado, soluciones basadas en la naturaleza, pago por servicios ecosistémicos, ecoturismo y mejoramiento del manejo de áreas marinas protegidas, entre otros, según informó a la prensa el organismo multilateral.
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Actualmente, los océanos enfrentan serios problemas de sostenibilidad, en su mayoría ocasionados y acelerados por el cambio climático, como aguas cada vez más ácidas y calientes, aumento del nivel del mar y sobreexplotación de los stocks marinos. En América Latina y el Caribe, los ecosistemas marinos muestran una reducción en la abundancia, densidad y cobertura de coral y de stock de peces, cambios en el plancton y pérdida de humedales con vegetación.
América Latina y el Caribe apunta a mitigar cambio climático
“Este financiamiento reafirma nuestro compromiso para liderar la lucha contra el cambio climático y el desarrollo de la economía azul en América Latina y el Caribe. Con estos recursos implementaremos soluciones innovadoras que contribuyan a mitigar los efectos del calentamiento global, potenciaremos la preservación de ecosistemas marinos y contribuiremos a mejorar las condiciones de vida de los millones de latinoamericanos que dependen de los mares”, dijo Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo de CAF.
Lo anunciado forma parte del objetivo de CAF de convertirse en el banco verde de América Latina y el Caribe. En este sentido, durante la COP26 de Glasgow la institución anunció una financiación de US$ 25.000 millones en operaciones verdes que ayuden a incrementar la resiliencia climática, preservar la biodiversidad, promover la transición energética y lograr un crecimiento bajo en emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el financiamiento verde de la institución pasará del 24% en 2020 al 40% en 2026, y todas sus operaciones estarán alineadas con los objetivos del Acuerdo de París.
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Uno de los primeros proyectos dentro de esta financiación es el convenio para la protección del Corredor Marino del Pacífico Tropical Oriental (CMAR), una región compartida por Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá que genera US$ 3.000 millones anuales derivados principalmente de la pesca, el turismo y el transporte marítimo. Gracias una contribución de CAF de US$ 1 millón, se implementarán estrategias conjuntas que cuenten con la participación de los gobiernos de los cuatro países, sociedad civil, organismos de cooperación internacional y ONGs. La biodiversidad del Corredor Marino, que incluye áreas coralinas, paso de grandes migrantes, reptiles o numerosos tiburones, está vinculada con la oferta cultural y turística de costumbres, gastronomía y artesanías.
Las reservas regionales
La región contiene una de las áreas marinas productivas más importantes del mundo, con una biodiversidad única que representa una porción significativa de la biodiversidad marina mundial, hogar del Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM). La región cuenta con el 18% de las ecorregiones marinas globales y tiene 47 de las 258 ecorregiones marinas del planeta.
El cambio climático en los océanos
Más del 80% de los océanos experimentó al menos una ola de calor marina en 2020, lo que está provocando la reducción de stocks de peces y la muerte de corales, entre otros, que se suma a la sobre explotación de los recursos marinos costeros, incluyendo la pesca comercial e ilegal, el desarrollo urbano no planificado en áreas litorales y el vertimiento de aguas servidas sin tratamiento al mar. La CRFM calcula que en 2019 la producción pesquera en el Caribe disminuyó 40% desde su mínimo histórico registrado hace 10 años. Según FAO, los recursos pesqueros del Caribe son los más debilitados en el mundo, con 55% de las poblaciones pesqueras comerciales sobreexplotadas o agotadas.
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Las consecuencias de la mala salud de los océanos amenazan a la seguridad alimentaria global, a la sostenibilidad del planeta y a los propios sistemas productivos y comerciales. Por eso, es imprescindible que promovamos nuevos consensos internacionales para construir economías más resilientes y diversificadas, generar nuevos empleos y preparar a la región para los desafíos asociados con la recuperación económica en un contexto de calentamiento global y ecosistemas costeros y marinos debilitados, sostiene CAF.