Pese a los problemas derivados de una gripe que ha venido alegando durante todo el torneo, la número uno del mundo ha encadenado su tercer grande consecutivo, y en Wimbledon puede completar los cuatro Grand Slams en dos años diferentes.
La estadounidense, que en 2013 sumó su segundo Roland Garros, 11 años después del primero, ya era entonces la más veterana vencedora del Grand Slam de tierra batida, una marca que ha superado ahora a sus 33 años.