¿Cómo explicar la coronación de Murray?
El ascenso irresistible del británico se construye con una segunda mitad de la temporada espectacular: 8 torneos ganados de 10 jugados desde mediados de junio, incluidos Wimbledon y los Juegos Olímpicos. Su principal rival, el serbio Novak Djokovic, ha vivido un gran vacío desde que logró el último gran título que le faltaba, Roland Garros, aunque luego se coronó en Toronto.
Otra clave: la marcha de Amélie Mauresmo y el regreso en primavera como entrenador del excampeón Ivan Lendl, el hombre que llevó a Murray a sus primeros grandes éxitos en 2012 (US Open y Juegos de Londres) y 2013 (Wimbledon).
Murray también cambió de actitud. Nervioso y susceptible a perder la compostura en la cancha, llegando incluso a insultar a su propio clan durante un partido, Murray fue incapaz durante mucho tiempo de canalizar su estrés. Cambio radical este año, que el jugador justifica por el nacimiento de su primera hija Sophia.
Considerado como un obseso del trabajo y un estajanovista del tenis, Murray ha comprendido finalmente la necesidad de reposarse entre dos torneos.
¿Puede mantenerse en la cima mucho tiempo?
Murray conservará el Nº 1 hasta, al menos, la primavera (boreal) de 2017. Comenzará la temporada con 630 puntos de ventaja sobre Djokovic y una sola final que defender, la del Abierto de Australia. El serbio, en cambio, hizo una primera parte de la temporada, hasta Roland Garros, portentosa, por lo que tendrá muchos puntos que defender al inicio del próximo curso.
El principal problema para Murray será sobre todo saber gestionar su nuevo estatuto, el ser a partir de ahora el hombre a batir en el circuito, y el aumentar sus títulos de Grand Slam, ya que hasta ahora solo suma 3 ’grandes, por los 12 de Djokovic.
Más allá de la defensa del Nº 1 mundial, Murray ya ha señalado que los torneos del Grand Slam serán su prioridad en 2017.
“Ahora que soy Nº 1, evidentemente me gustaría seguir. Sé que va a ser extremadamente difícil repetir un año tan exitoso, pero son sobre todo los torneos del Gran Slam los que me hacen avanzar. Cuando marcho de casa en diciembre para entrenarme, tengo el Abierto de Australia en mente. Los Grand Slam son mi gran motivación”, declaró el domingo tras ganar el Masters.
¿Quién puede amenazarle?
A corto plazo, nadie está en disposición de amenazar a Murray desde el punto de vista de la clasificación mundial, pero el tiempo de permanencia del británico en la cumbre dependerá también de que reaccione o no Djokovic.
El serbio ha vivido un increíble bajón de rendimiento desde que conquistó Roland Garros, el último Grand Slam que faltaba en su palmarés. ¿Se recuperará? Djokovic espera poder recargar baterías antes del inicio de la próxima temporada, sobre todo mentalmente, para volver a su mejor nivel.
“Viví tantas emociones en el primer semestre, sobre todo con mi triunfo en Roland-Garros... Necesitaba tiempo para digerir esto y no lo tuve. Me complace tener por delante seis semanas sin torneos. Es un verdadero lujo”, admitió el domingo, tras perder contra Andy.
Más allá de Djokovic, un abismo separa a Murray del resto. El Nº 3, el canadiense Milos Raonic, es a sus 25 años el hombre del futuro y ya llevó a Murray al límite en las semifinales del Masters, teniendo una pelota para ganar al británico. Pero su desventaja en el ránking (más de 7.000 puntos) deja por el momento un gran margen de maniobra al escocés.
El suizo Stan Wavrinka (Nº 4) es capaz de brillar en los Grand Slams, como en el US Open 2016, pero le falta regularidad.
En cuanto a los miembros del famoso ’Big Four’ (que con Djokovic y Murray han dominado el circuito en la última década), el español Rafael Nadal (30 años) tuvo que decir adiós prematuramente a la temporada por una lesión persistente en la muñeca y el suizo Roger Federer (35 años) no juega desde julio, por lo que la clasificación ATP no es un objetivo a corto plazo.
Y el argentino Juan Martín del Potro ya demostró en Rio, llegando a la final, que poco a poco vuelve a ser el jugador que llegó a ser una amenaza para el ’Big Four’, pero aún le queda tiempo para recuperarse, física y mentalmente, de las lesiones que a punto estuvieron de llevarle a la retirada en 2015.