Se resuelve el caso Sharapova

El Tribunal de Arbitraje Deportivo resuelve este martes por la tarde el caso de la tenista rusa Maria Sharapova, sancionada por dos años por la Federación Internacional de Tenis (FIT) por el consumo de meldonium.

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Así lo ha anunciado el organismo desde su sede en Lausana (Suiza).

La ex número uno del mundo dio positivo en un control el pasado 26 de enero, cuando disputaba el Abierto de Australia. El análisis de la muestra de orina que le fue recogida después del partido de cuartos de final (cayó ante la estadounidense Serena Williams, 6-4, 6-1) dio positivo por meldonium, según certificó un laboratorio acreditado por la WADA en Montreal (Canadá).

Sharapova tomaba este medicamento, comercializado en Letonia con el nombre de Mildronate desde hacía diez años. La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) lo había incluido en su lista de sustancias prohibidas tras observar que era muy popular entre los deportistas del Este.

Un laboratorio de Colonia lo encontró en la orina de más de un centenar de deportistas rusos y la AMA anunció con algunos meses de antelación que el meldonium pasaría a estar prohibido al inicio del 2016. El 1 de enero de ese año, su consumo pasó a estar prohibido y fue incluido en la categoría de moduladores hormonales.

El meldonium “ayuda en la recuperación tras el ejercicio, protege contra el estrés y mejora la activación del sistema nervioso central”, señalaron los miembros del laboratorio de Colonia.

La jugadora, en una conferencia de prensa celebrada el 7 de marzo en Los Ángeles, asumió la responsabilidad y dijo no saber que aquella sustancia que consumía desde hacía tanto había pasado a estar vetada, e inmediatamente anunció que apelaba la decisión ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo.

“Fue un gran error”, dijo entonces Sharapova, “sé que tengo que afrontar las consecuencias”, dijo entonces Sharapova, que entonces figuraba en el puesto 26 del mundo, y que explicó que tomaba meldonium para tratar problemas de salud, como gripes recurrentes o electrocardiogramas irregulares. Además, también aludió a problemas de diabetes en su familia.

La sanción empezó a contar desde aquel 26 de enero y finalizaba el 25 de enero de 2018. Entonces Sharapova tendría 31 años. “No quiero terminar mi carrera con una suspensión por dopaje. Mi esperanza es que pueda tener una segunda oportunidad y volver a competir”, añadió.

“El tribunal, cuyos miembros fueron seleccionados por la ITF, convinieron que yo no había hecho nada mal intencionadamente, aun así buscaron la manera de apartarme del tenis durante dos años”, afirmó en la red social Facebook, donde también criticó duramente a la Federación Internacional de Tenis.

“Han gastado cantidad de tiempo e ingentes recursos económicos para intentar probar que he violado intencionadamente las reglas antidopaje, a pesar de que el tribunal concluyó que no lo hice”, afirmó.

Un acuerdo con la FIT sirvió para aplazar el fallo de su apelación en el TAS. La jugadora solicita que su inhabilitación sea anulada o reducida.

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