Schwartzman no pierde ritmo y está ya en octavos

PARÍS. Por primera vez en su carrera, el argentino Diego Schwartzman jugará los octavos de final de Roland Garros, para los que se clasificó hoy tras derrotar con solvencia al croata Borna Coric por 7-5, 6-3 y 6-3, en dos horas y 31 minutos.

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Sigue sin perder un set, sólido el pupilo de Juan Antonio Chela, undécimo favorito, bendecido por un torneo donde se crece, donde el año pasado solo quedó apeado en tercera ronda contra un Novak Djokovic que tuvo que sudar cinco sets para seguir adelante en busca de su primera Copa de Mosqueteros.

En su camino a los cuartos, que serían los segundos en un grande tras los que jugó el año pasado en Estados Unidos, su techo en este tipo de torneos, Schwartzman deberá vencer al sudafricano Kevin Anderson, sexto cabeza de serie, que ante el alemán Mischa Zverev cedió el segundo set del torneo, para acabar ganando 6-1, 6-7 (3), 6-3 y 7-6 (4) en dos horas y 47 minutos.

Será un duelo desigual, por la altura. Los 170 centímetros del argentino, uno de los jugadores de menor talla del circuito, contra los 203 del sudafricano, uno de los techos, un sacador nato, contra quien nunca ha ganado en dos intentonas, pero a quien complicó un partido en el Abierto de Australia de 2015, su único duelo en un grande.

Por el momento, el menudo tenista argentino parece imperturbable. Repitió resultado en sus dos primeros duelos, 6-1, 6-3 y 6-1, y contra Coric, un joven prometedor, cuatro años más joven que el argentino, se mantuvo fiel a sus principios. Solidez en el fondo de la pista, intensidad en los golpes, fortaleza mental que acabaron por desquiciar al rival.

En la pista 18, novedad de esta edición, más de 2.000 personas –mucha albiceleste–, la cuarta en capacidad, bajo un intenso calor, no corre el aire en sus gradas porque está hundida bajo el terreno, disfrutaron del espectáculo de Schwartzman.

No dio concesiones al rival, firme desde el fondo de la pista, buscando huecos hasta que acabó por sucumbir, tirar la raqueta al suelo con rabia, como Novak Djokovic, pero sin los recursos del serbio exnúmero uno del mundo para remontar el vuelo.

Solo fue parejo el primer set hasta el 5-4 para el croata. Ahí se paró su marcador. Schwartzman ganó cinco juegos consecutivos, dos con el servicio de su rival, se adjudicó la primera manga y navegó con ventaja en toda la segunda.

Ventaja que Coric no supo enjugar. Otra serie de cinco juegos para el argentino le pusieron muy cuesta arriba la tarea y multiplicó las faltas directas frente a un frontón, Schwartzman que no tembló. Paciencia para dejar que madurara la victoria.

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