Garbiñe cedió en la misma ronda que el año pasado cuando se despidió de este torneo ante la rusa Maria Sharapova, y no pudo así superar su techo en un Grand Slam y convertirse en la primera española en clasificarse para semifinales de Roland Garros desde que en 2000 lo hicieran Arantxa Sánchez Vicario y Conchita Martínez.
Pese al constante viento que sopló sobre la pista Suzanne Lenglen, la segunda en importancia, Muguruza opuso resistencia durante 1 hora y 53 minutos ante la décimo tercera favorita del torneo, que en la ronda previa había derrotado a Sharapova, número dos del mundo y defensora del título.
Pero en los momentos decisivos del partido, la checa supo imponer su mayor experiencia, para clasificarse por segunda vez en su carrera para las semifinales de un Grand Slam, tras las de Wimbledon del año pasado.
Aunque Muguruza salvó hasta seis bolas de rotura, las dos tenistas mantuvieron su saque en la primera manga, que se resolvió en un juego de desempate en el que Safarova rompió el servicio de la española en el cuarto y el octavo saque para adjudicárselo.
La caraqueña jugaba al límite y multiplicó los golpes ganadores, 11, y los errores no forzados, 16.
En el segundo, Safarova rompió en el segundo juego y, aunque recuperó en el siguiente, volvió a ceder su saque en el sexto, ventaja que la checa mantuvo hasta el final para adjudicarse el partido en la primera oportunidad.
“Es increíble clasificarme aquí. Había mucho viento, pero era para las dos, pero he logrado jugar bien pese a que el viento cambiaba la trayectoria de las bolas”, dijo desde la pista la checa, ex novia de Tomas Berdych.
Safarova se medirá por un puesto en la final contra la serbia Ana Ivanovic, la ganadora de 2008, que venció a la ucraniana Elena Svitolina por 6-3 y 6-2, en la que es su mejor actuación en un Grand Slam desde que levantara la copa Suzanne Lenglen.