“Uruguay es un país muy futbolero”, admitió el tenista de 31 años. “Seguro que están más preocupados por Luis Suárez, no tengas dudas”, agregó entre risas.
“En Uruguay lo primero es el fútbol, lo segundo es el fútbol y lo tercero es el fútbol. Después viene el basket y después algo el resto de deportes, pero en los últimos años se ha empezado a hablar más de tenis y mis resultados han ayudado de alguna manera”, admitió el número 30 del mundo.
“Está bueno que se hable de otros deportes. No sé si en el país hay alguien a quien no le guste el fútbol, pero sí hay a quienes les gustan otros deportes. Esto puede servir de motivación para los chicos y para el desarrollo del tenis uruguayo”, apuntó Cuevas, nacido en la localidad argentina de Concordia.
El tenista asegura que esa situación no le da “rabia” ya que el fútbol “es algo que va en la sangre”.
“En Uruguay vamos 20 años atrasados en un montón de cosas y el tenis se ve como un deporte de elite, cuando, por ejemplo, Brasil y Argentina han tenido unas camadas enormes de jugadores que no eran de clase alta ni procedían de los mejores clubes del país”, explicó.
Cuevas superó el miércoles al belga David Goffin, número 11 del mundo, por 6-3, 3-6 y 6-3 en una hora y 39 minutos. El siguiente rival de Cuevas, número 27 del mundo, será el español Pablo Carreño, que derrotó al serbio Dusan Lajovic en una hora y 29 minutos. Ambos se conocen bien ya que han sido compañeros de dobles.
“Para cualquiera de los dos el premio será su primera semifinal en un Masters 1000. Es una linda motivación”, manifestó el tenista, que llegó a Indian Wells el pasado miércoles al mediodía tras alzarse con el título en Sao Paulo (Brasil) el lunes anterior por la noche.