“Desde los Juegos Olímpicos, me siento un poco mejor conmigo mismo. Me resulta más fácil caminar con la cabeza alta, mientras que antes iba un poco mirando al suelo, para no ver a nadie y no decir nada”, admitió el escocés, en declaraciones recogidas este viernes por la prensa de su país.
“Pensaba que al haber perdido finales del Grand Slam había decepcionado a alguien. Me recordaban todos los días desde hace seis años que ningún jugador de mi país había ganado un Grand Slam desde hace mucho, así que sentía probablemente un poco de responsabilidad”, añadió.
Murray vivió el mejor año de su carrera, con el oro olímpico y el título en el Abierto de Estados Unidos, en septiembre.