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La victoria de Nadal llegó en 1 hora 26 minutos de juego, cediendo sólo un servicio y demostrando estar en buena forma física, después de que en las semifinales de Miami, el 30 de marzo, tuviera que retirarse antes del partido por una lesión en su rodilla izquierda.
“He jugado un partido normal. Nada especial. Ni muy bueno, mi muy malo” , estimó la estrella española. “Era mi primer partido en tierra batida desde hace mucho y mi primer partido tras quince días sin tocar la raqueta, con sólo cinco y seis días de entrenamiento”, recordó.
Nadal empezó con cautela en la pista central, probándose durante el primer set, pero fue de menos a más y no dio opción en ningún momento a su rival, que jugó con valentía pero sin las armas necesarias para doblegar al mallorquín, que no pierde en Montecarlo desde 2003, ante el argentino Guillermo Coria.
Desde entonces, Nadal es el amo y señor del torneo, ya que acumula siete títulos consecutivos en Montecarlo, desde que lo ganara por primera vez en 2005, y ostenta una racha de 38 victorias consecutivas.
En la próxima ronda, Nadal se medirá al kazajo Kazakh Mijail Kukushkin, procedente de la fase previa de clasificación.
Por su parte, Djokovic también respondió a la perfección ante Seppi (6-1, 6-4) y, tras ganar este año ya el Abierto de Australia y el torneo de Miami, demostró que es el hombre a batir, por mucho que Nadal sea el vigente campeón.