En un duelo de veteranas (ambas tienen 31 años), Li utilizó su seguridad desde el fondo para asegurarse una plaza en la penúltima ronda, donde se enfrentará contra la ganadora del encuentro entre la serbia Ana Ivanovic, verdugo de la estadounidense Serena Williams, y la joven estrella canadiense Eugenie Bouchard.
Pennetta había alcanzado por primera vez en su carrera los cuartos en Melbourne, pero no supo aprovechar esta gran oportunidad en el primer partido de la jornada en la Rod Laver Arena.
Desdibujada, con un desastroso juego de pies, cayó en picado desde el principio, pues a los 15 minutos Li, ya dominaba en el marcador por 4-0.
La de Brindisi necesitó 26 minutos para inaugurar el suyo (5-1) y maquillar algo este primer parcial, pero en el segundo Li volvió a la carga para destrozarla con su derecha y enhebrar cuatro juegos consecutivos.
Calco del parcial anterior, Flavia echó su conocida garra y ganó otros dos juegos después, pero sus 27 errores no forzados acabaron costándole caro al final.
Penneta acabó así su sueño en este primer grande de la temporada, donde ha reencontrado su juego y quizás también sus ganas de mantenerse en el circuito tras pasar casi seis meses parada debido a una lesión en la muñeca y descender al puesto 166 a finales de junio del año pasado.
Gracias a su vida familiar fuera del torneo, cocinando para todo su equipo en un apartamento, había logrado la calma que hoy le faltó para dar un paso más y hacer más daño a Li, a quien había ganado antes en dos de las cuatro ocasiones que se habían enfrentado.
Li, finalista en 2011 y el año pasado, ganadora recientemente del torneo de Shenzen (China), había salvado un punto de partido en la tercera ronda contra la checa Lucie Safarova. De estar casi perdida, busca ahora el título y también mantenerse en el ránking como cuarta del mundo. Para eso necesita acabar dos rondas mejor que la polaca Agnieszka Radwanska en Melbourne.