Kvitova se hizo con el trofeo número 25 de su carrera y continuó dejando huella en su superficie favorita, esa que le ha visto alzarse con dos entorchados en Wimbledon (2011 y 2014).
Cerca estuvo de amargarle su doblete en Birmingham Rybarikova, quien llegó a la final con el objetivo de volver a tocar plata nueve años después en las pistas del torneo inglés, tras su victoria en 2009.
La eslovaca se llevó el primer parcial apoyada en un saque con el que ganó el 82% de primeros y, sobre todo, con una respuesta al resto que le hizo dejar a la zurda checa en un 61% de primeros y un 17% de puntos ganados con segundo saque.
En cuanto Kvitova reaccionó, Rybarikova, semifinalista en Wimbledon el año pasado, se desinfló y las tornas se invirtieron, siendo la checa la que llevó la iniciativa tanto en sus turnos de servicio como en los de su rival.
La dinámica cambió completamente y la eslovaca encajó un 6-1 en contra que niveló el marcador, pero no el partido, donde Kvitova, octava raqueta del mundo, era ya muy superior. Por ello, el tercer set fue un calco del segundo y la checa pronto tomo una ventaja de 3-0, con doble rotura para enfilar la victoria.
Un tímido amago de reacción, en forma de contra "break" fue solo un espejismo y Kvitova no tuvo problema en castigar de nuevo el saque de Rybarikova para ponerse 4-1 y llevar el partido hasta el definitivo 6-2 con el que la checa abrochó el título.
Con este triunfo, Kvitova suma el quinto título del año, tras los de San Petersburgo, Doha, Praga y Madrid, mientras que Rybarikova, que disputaba su primera final en 2018, tendrá que esperar para añadir a su palmarés el quinto entorchado de su vida.