En la Suzanne Lenglen Nadal demostró que llega a París en la mejor forma, después de haber ganado en Montecarlo, Barcelona y Madrid. El último partido que jugó el español fue hace diez días, cuando el austriaco Dominic Thiem le eliminó en el Torneo de Roma, su única derrota en la temporada de tierra batida.
Paire, conocido por su técnica pero también por su irregularidad, nunca tuvo la consistencia para luchar de tú a tú con el rey de la tierra. El español jugará en segunda ronda con el holandés Robin Haase, que venció en el arranque al australiano Alex De Minaur.
“Si funcionan las piernas y la derecha, todo lo demás acompaña”, señaló Nadal hace unos días. Este lunes mandó con su golpe dominante y demostró que está en un gran punto físico al llegar con comodidad a las dejadas de Paire, que no sabía cómo hacer daño al español, capaz de cubrir toda la pista.
“Estoy muy feliz por estar de vuelta aquí después de lo que pasó el año pasado. Es maravilloso sentir el apoyo”, señaló el tenista mallorquín aludiendo a la lesión que le obligó a retirarse del torneo en 2016. Al final del partido Paire tuvo problemas para sacar por dolores en el estómago.