La suerte jugó un papel importante

Montserrat González, que se proclamó subcampeona de dobles del júnior de Roland Garros junto con la brasileña Beatriz Haddad Maia, explicó tras perder la final en el desempate que la suerte jugó un papel importante.

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“El 'tie-break' fue mucha cuestión de suerte”, comentó González tras caer por 4-6, 6-4 y 10 puntos a 8 en el desempate.

“Arrancaron muy bien jugando el 'tie-break'. Nosotras salimos a buscar el partido” y “nos pusimos muy parejas (...). El último punto... fue de muy alto nivel”, comentaron González y Haddad Maia entre risas, recordando ese último largo intercambio marcado por varios globos de ambos bandos.

Las sudamericanas lograron salvar hasta 3 bolas de partido, pero terminaron cayendo en la cuarta, en un error no forzado de González, a punto de cumplir 18 años.

“En una final, cada punto es importante”, remató Haddad Maia, de 16 años.

A pesar de la derrota, “fue una muy buena semana para nosotras dos”, comentaron las jugadoras latinoamericanas.

“Estuvimos muy positivas desde el comienzo, muy compenetradas dentro y fuera de la cancha”.

Queda en el aire la posibilidad de disputar Wimbledon juntas, aunque todavía hay algunos flecos que tratar para dirimir compromisos previos, apuntaron.

Para llegar a la final, González, a punto de cumplir 18 años, y Haddad Maia, de 16 años, tuvieron que derrotar en la semifinal a las máximas favoritas, la canadiense Eugenie Bouchard y a la estadounidense Taylor Townsend por 6-2, 7-6 (3) .

La dupla latinoamericana, sexta mejor del ránking de la WTA, también había derrotado en su andadura en París a la canadiense Françoise Abanda y a la estadounidense Sachia Vickery, en cuartos, a la belga Elke Lemmens y la boliviana María Inés Deheza, en octavos, y a las checas Anna-Kaolina Schimieldova y Petra Uberalova.

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