Como ocurrió el pasado año en Basilea, en el único partido precedente sobre pista dura, el jugador de origen georgiano superó a Leonardo Mayer en una hora y 32 minutos.
Tres concesiones con su servicio condenaron al argentino, que en Sídney no encontró el nivel que una semana atrás, en Doha (Catar), le llevó hasta los cuartos de final.