Ferrer estará por segundo año consecutivo en la quinta ronda Wimbledon, una frontera que tan solo otros tres españoles han cruzado en más de una ocasión: Rafael Nadal, Feliciano López y Juan Carlos Ferrero.
El alicantino, que la pasada temporada vio cómo el británico Andy Murray le cerraba el paso a las semifinales, se enfrentará ahora al ganador del duelo entre el argentino Juan Martín del Potro, octavo cabeza de serie, y el italiano Andreas Seppi, vigésimo tercero, que se miden esta tarde en el segundo turno de la pista uno del All England Club.
El español ha llegado a la segunda semana en Londres con serias molestias en el tobillo que el sábado ya le obligaron a jugar infiltrado, y se las veía hoy con Dodig tras librar dos batallas de cerca de tres horas en dos partidos consecutivos, ante el español Roberto Bautista y el ucraniano Alexandr Dolgopolov.
Ferrer descansó el domingo y saltó hoy a la pista dos del club al suroeste de Londres en el primer turno para medirse a un rival que, a sus 28 años, nunca había llegado tan lejos en un Grand Slam.
El croata, que ya le arrancó un set a Ferrer en Valencia el año pasado, se ha especializado en desbancar a rivales superiores sobre el papel: ha tumbado tres veces a un jugador del “top 5”, entre ellos Nadal, al que superó en 2011 en Montreal cuando el mallorquín era número dos del mundo.
Fiel a la solidez que suele mostrar ante los grandes, Dodig aguantó esta tarde los embates del cuarto favorito en Wimbledon hasta el desempate del primer set, cuando impuso su servicio para cerrar a su favor un parcial de casi una hora.
El español mantenía la cabeza fría y lograba salvar diversas bolas de ruptura al inicio de la segunda manga, pero sufría más de la cuenta con Dodig al servicio.
Si bien Ferrer no pudo pasar de la primera ronda esta temporada en la hierba de s-Hertogenbosch, preparatorio para Wimbledon, el número cuatro del mundo llega a Londres con los niveles de confianza al máximo, inmerso en una de las mejores temporadas de su carrera.
El alicantino está lejos de igualar el registro de títulos que logró el año pasado (en 2013 lleva dos, Buenos Aires y Auckland, por siete en 2012), si bien esta temporada ha roto algunos de sus antiguos límites.
A principios de junio disputó su primera final de Grand Slam, en París ante Nadal, y la próxima semana, cuando la ATP actualice su ránking, escalará por primera vez hasta la tercera posición.
Seguro de sí mismo, Ferrer supo sobreponerse al castigo que le infligía Dodig con su servicio y batalló cada una de las bolas para lograr apuntarse el segundo set, de nuevo en un desempate agónico.
La persistencia del español acabó agotando al croata, cuyas defensas cayeron por primera vez en el primer juego del tercer set, cuando ya habían transcurrido más de dos horas de partido.
Con aspecto cansado, sin la fuerza ni el tino que había mostrado hasta entonces, un Dodig rendido se arrastró a partir de entonces por la moqueta verde de Wimbledon, ya algo desgastada al inicio de la segunda semana de torneo, hasta que Ferrer puso fin al duelo en el cuarto set.