Federer, de 32 años, siete veces ganador en Wimbledon, se impuso por 6-3, 6-1 y 6-3 en 1h20, en un partido disputado en la cancha central del All England Club.
El suizo se enfrentará en octavos al ganador del partido entre el canadiense Milos Raonic (8º cabeza de serie) y el polaco Lukasz Kubot.
Giraldo, de 26 años, nativo de Pereira, tenía la oportunidad de clasificarse para disputar por primera vez los octavos de final de un torneo del Grand Slam -su presencia en los dieciseisavos ya era un récord personal.
De haberlo logrado, se hubiera convertido en el primer colombiano en acceder a los octavos de final de Wimbledon.
No en el primero en alcanzar esa etapa en un torneo del Grand Slam, porque Jairo Velasco lo hizo en el Abierto de Estados Unidos de 1976 y Alejandro Falla en Roland Garros en 2011.
A Federer lo han batido sólo ocho veces en quince participaciones en Wimbledon y casi siempre llegó lejos.
Había un resquicio para la esperanza para Giraldo, jugador número 35º del mundo, porque Federer cayó eliminado en segunda ronda en 2013 ante el ruso Sergiy Stakhovsky.
Otra motivo de inspiración para el colombiano podía ser el susto que le dio al suizo su compatriota Alejandro Falla en la primera ronda de 2010, cuando llegó a anotarse los dos primeros sets, aunque acabó perdiendo por 5-7, 4-6, 6-4, 7-6, 6-0.
Sin embargo, el colombiano despertó pronto de su sueño, porque Federer le rompió su primer servicio del partido.
Giraldo contrarrestó bien las primeras subidas a la red de Federer, pero el suizo no pareció intimidado.
Sus recursos son variados y sus 10 golpes ganadores en la primera manga vinieron de todos los sitios posibles.
Además, sirvió bien: metió 8 puntos directos de servicio (aces) y transformó en puntos el 72% de sus primeros servicios.
Giraldo acabó el partido sin ningún ace, y habiendo desperdiciado los dos únicos puntos para romper el servicio de los que disfrutó.
El colombiano dio 17 golpes ganadores, en contraste con los 27 que despachó Federer.
El único momento disputado se dio en el tercer set, cuando Giraldo igualó a tres juegos y en el séptimo juego se encontró con dos pelotas para romper el servicio.
Pero las desperdició -o Federer se recompuso y sirvió magníficamente- y el colombiano ya no se recuperó.