Ostapenko, que el jueves cumplió 20 años coincidiendo con su victoria en las semifinales, empezó el torneo como número 47ª del mundo y el lunes ascenderá ya al 12º lugar, lo que le hace pasar de ser casi una desconocida a rozar ya su entrada en el Top 10.
Es la primera jugadora no cabeza de serie en levantar el trofeo femenino en París desde la victoria de la británica Margaret Scriven en 1933.
La joven letona, entrenada por la española Anabel Medina, suma en París, a lo grande, su primer título individual en el circuito WTA, ya que había perdido las tres finales anteriores que había disputado (Quebec en 2015, Doha en 2016, Charleston en 2017). Letonia nunca había contado con un jugador o jugadora en una final del Grand Slam, con lo que este éxito en París es su mayor logro histórico.
Halep, número 4 mundial, volvió a fallar en su segunda final del Grand Slam y la segunda en Roland Garros, tres años después de su derrota ante Maria Sharapova en la final de 2014. La derrota ante Ostapenko le impidió desbancar a la alemana Angelique Kerber, eliminada en la primera ronda en este Roland Garros, al frente del ránking WTA.
El tenis rumano tendrá que seguir esperando para volver a celebrar un título mayor en este deporte. Virginia Ruzici logró en 1978 el único en Roland Garros, cinco años después de que Ilie Nastase se hubiera coronado en categoría masculina.