El combinado español ya supera a Austria en la serie. El tenista murciano sacó adelante con solvencia y sin contratiempo alguno el duelo con Melzer en el partido inicialmente más comprometido para el equipo de Alex Corretja.
Los temores de España se disiparon enseguida. Almagro se acopló perfectamente a la situación. Un ambiente frío, escaso poder en las gradas y un fuerte viento.
La amenaza de lluvia fue la única que planeó sobre la pista de Marina D'Or. Melzer nunca inquietó al murciano, que creció a medida que el partido ganaba minutos. El zurdo austríaco, 21 del mundo, fue incapaz de inquietar el saque del español. Excesivamente errático, con fallos a los que está poco habituado, el tenista de Viena firmó su condena en el partido.
Mantuvo el tipo Melzer en los dos primeros juegos. Su saque inicial ya lo sujetó con dificultad. Después de un 0-40. Un aviso de lo que vino después. Almagro ya rompió en el tercer parcial, consolidó en el cuarto (3-1) y puso la manga de cara.
El español rentabilizó la inestabilidad del número uno de Austria (30 errores no forzados por la mitad de su rival) y se apuntó siete juegos consecutivos, que le valieron para cerrar el set inicial y dejar encarrilado el segundo, que también amarró por 6-2.
No mejoró en el tercero el austríaco, incapaz de frenar el impulso tomado por el español, que no tuvo en cuenta los precedentes entre ambos, favorables al centroeuropeo. Incluso en arcilla, cuando se impuso en el Masters 1000 de Montecarlo al jugador murciano.
Almagro, que jamás perdió su saque -ni siquiera dio opción de rotura y acabó con 9 saques directos-, cerró el partido en una hora y 55 minutos.
A continuación, David Ferrer puede arrimar a España a semifinales si se impone a la segunda raqueta austríaca, Andreas Haider Maurer, 139 en el ránking masculino.