En una pista 1 prácticamente vacía -Rafael Nadal está disputando la otra semifinal ante Milos Raonic en la pista central- y quizás acuciado por una nueva amenaza de lluvia, Almagro optó por no adornarse más de la cuenta para pasar a la última ronda.
Un tenis agresivo e intenso, nueve puntos directos de saque y dos 'breaks' en cada set fue el repertorio del murciano, duodécimo jugador mundial y cuarto cabeza de serie, para finiquitar el partido por la vía rápida.
En frente, un Kohlschreiber que venía como octavo favorito y que quizá se desconectó de la competición, después de que ayer se clasificara directamente para las semifinales por la lesión del brasileño Thomaz Bellucci.
El alemán, cuarto favorito del torneo y 22 del ránking mundial, estuvo gélido como el clima barcelonés, sin argumentos tenísticos, frágil con su servicio e incapaz de ganarse una sola oportunidad para romper el de su adversario.
Almagro espera ahora rival en la finalísima que se disputará mañana, si el tiempo lo permite, y que saldrá del partido entre Nadal y Raonic.