"La gente dice que nadie batirá nunca mis récords. Pero yo lo dudo. Carlos (Alcaraz) podría ser el siguiente. Incluso Jannik Sinner. Si cuidan su cuerpo, si hacen las cosas de manera adecuada, si se centran en la longevidad a largo plazo, entonces pueden lograrlo", afirmó la estrella de Belgrado en una entrevista con la revista estadounidense GQ.
Alcaraz, quien a sus 21 años, acumula ya cuatro victorias de Grand Slam (dos títulos de Wimbledon y uno en el Abierto de Estados Unidos y Roland Garros), "ha hecho algo que nunca nadie había hecho en la historia, siendo tan joven, por lo que creo que él tiene todas las posibilidades".
"Él mismo lo ha dicho. Quiere ser 'el mejor de la historia'. Respeto ese tipo de mentalidad, pero quizá sea un poco pronto para pensar en la historia", añadió Nole.
En un repaso por sus 22 años de carrera profesional y por su rivalidad con el suizo Roger Federer y el español Rafa Nadal, Djokovic confesó que ahora, más relajado y sin nada en juego, le gustaría conectar más a nivel personal con ambos.
"Definitivamente les extenderé mi invitación para pasar un rato de relax y reflexión. Intento ser siempre respetuoso y amable con ellos fuera de la cancha. Pero al principio no tuve esa aceptación, porque salía a la pista diciendo y demostrando que tenía confianza en mí mismo y que quería ganar. Y no creo que eso les gustara a ninguno de los dos al principio", expresó.
Djokovic hizo hincapié en que la rivalidad con ambos le dio "fuerza como nada" durante su carrera y comentó que el pique entre los tres "es algo que deja una huella y un legado increíble en este deporte".
En opinión de Djokovic, Nadal era el más intimidante, aunque Federer tenía un aura enorme.
El mallorquín "era famoso por esprintar por los estrechos pasillos de los vestuarios, casi se llevaba a la gente por delante. Quería hacer sentir su presencia física. 'Aquí estoy, estoy listo para una batalla', y eso es muy intimidante para muchos jugadores", manifestó el serbio.
Con sus rivales ya apartados de las canchas, Djokovic subrayó, a sus 37 años, que el momento de retirarse llegará posiblemente cuando empiece a perder más, y en caso de que supere los retos que implican los Grand Slams.
"Todo empieza con mi padre. Lleva intentando retirarme desde hace tiempo: ‘Hijo mío, empieza a pensar ya cómo quieres acabar con esto'. Sí que estoy pensando en cómo y en cuándo quiero retirarme (...) más en el cómo que en el cuándo. Pero ahora mismo estoy bien, continuamos", remató.