Sinner cierra el círculo de un año mágico. El de su consagración definitiva en el circuito y el de la coronación como el mejor del momento. A falta de la respuesta que el español carlos Alcaraz ofrezca en los próximos tiempos y de la vigencia que logre mantener Novak Djokovic, el campo está abierto para el jugador de San Cándido, de 23 años, que este 2024 le ha proporcionado sus dos primeros Grand Slam redondeado con la consideración de maestro en las Finales de Turín y ahora esta Copa Davis para cerrar la temporada. La segunda ya en su historial.
Jannik Sinner ha acelerado en su tramo final. Sumó contra Tallon Griekspoor dieciocho victorias seguidas, quince oficiales, sin contar la exhibición de Riad. Cierra el año con 70 victorias y solo seis derrotas en todo el curso. La última en la final del torneo de Pekín, contra Alcaraz.
Siempre recordará Sinner este 2024 cuando se coronó en el Abierto de Australia, el Abierto de Estados Unidos, las Finales ATP, Rotterdam, Miami, Halle y Cincinnati. Y ahora, la Copa Davis.
El jugador de San Cándido, además ha sido infalible en la Copa Davis. Se ha impuesto en los nueve últimos partidos que ha jugado tanto en individuales como en dobles. No jugaba con su selección desde las Finales del 2023. Se perdió la fase de septiembre pero no le falló al combinado de Filippo Volandri en Málaga. El jueves ganó a Sebastian Baez en el individual y junto a Berrettini selló la victoria del dobles para eliminar a Argentina, a Máximo González y Andrés Molteni.
Después, dio buena cuenta de Alex de Miñaur en semifinales frente Australia. Y en la final, tumbó a Tallon Griekspoor por la vía rápida. No se ha dejado set alguno en el camino. Esta racha se une a los cinco partidos que jugó en el 2023 y que ganó. Su único revés en la Copa Davis data de la fase de grupos del 2022 contra Suecia, frente a Mikael Ymer.
Con los honores para Sinner el reconocimiento llega también a Matteo Berrettini, la baza que utilizó Filippo Volandri. No le fallo. El romano, ausente del equipo en el triunfo del 2023 ha renacido. Y la victoria en Málaga ha sido el desahogo que necesitaba después de sus meses de ausencia por lesión y de la caída en la clasificación ATP.
Necesitaba sentirse importante el jugador romano, otrora número uno de Italia, que llegó a la final de Wimbledon en el 2021 y a ser el sexto jugador del mundo. A partir de ahí decayó. Hasta empezar el 2024 fuera de los cien primeros del mundo. La dolencia abdominal le llevó a maltraer.
Tras el vació del pasado curso ha vuelto a levantar trofeos en el presente ejercicio. Final en Stuttgart y títulos en Gstaad, Kitzbuhel y Marrakech, todos en tierra.
Apareció en las finales del pasado curso, en la grada, como apoyo. Pero esta vez participó. Fuera de la convocatoria de Volandri al principio, en la prelista para Málaga, apareció en Málaga a última hora, el último día. Y fue incluido en la citación. Empezó en el doble y luego se disparó. Jugó el dobles con Sinner en la eliminatoria contra Argentina. Ganó. Y después, pasó a primera línea. La derrota de Lorenzo Musetti contra Francisco Cerúndolo que puso contra las cuerdas al combinado transalpino propició un giro en el equipo. Volandri apostó por él y dejó fuera a Musetti.
No falló Berretini que ganó sus encuentros de individuales. proporcionó el paso a la final al ganar a Thanisis Kokkinakis y en la del título, a Botic Van de Zandschulp, que no había perdido ningún partido.
"No me rendí y quería estar aquí. El pasado año fue buen año pero al mismo tiempo algo extraño porque no estuve. Vine para apoyar el equipo. y hubo un momento que me pregunté por qué había venido si no era parte del equipo al cien por cien y yo soy competitivo y quería ser parte del equipo. Pero luego, al final, después de toda la semana, pensé que era muy importante haber venido porque les apoyé, porque estaba muy feliz por ellos, pero también por mí. Lo hice por mí mismo. Saqué mucha energía de esos partidos. Una vez más me di cuenta de lo mucho que me importa la Copa Davis", dijo el romano.
Italia disfruta de su momento. Logró su segundo título consecutivo, el tercero en su historia. Se convierte en la octava nación que defiende con éxito el título de la Copa Davis después de Estados Unidos (1978-79 y 1981-82), Suecia (1984-85 y 1997-98), Alemania (1988-89), España (2008-09) y República Checa (2012-13). EFEapa/jl